Ni atracón ni ayuno

26/07/2011 - 00:00 Carmen Tomás

 
El candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno además de descubrir las redes sociales como vía para comunicarse con los ciudadanos, aunque eso sí controlando, ha redescubierto el sector de la construcción. Dice Rubalcaba que "no podemos pasar del atracón del ladrillo al ayuno del ladrillo". Ya recordarán que la tesis del Gobierno socialista, al que pertenecía Rubalcaba hasta hace dos días, es que la construcción era el eje del mal, lo que nos ha llevado a la crisis, el sector que había que demonizar. Intenta el candidato desmarcarse tanto de la acción del Gobierno, con el que ha compartido mesa y mantel, que resulta bastante ridículo que ahora salga con éstas. Claro que un país, más el nuestro, tiene que contar con un sector de la construcción, potente y ordenado si se quiere, pero contar porque es intensivo en mano de obra y arrastra actividad, mucho trabajo indirecto, empresas y, en definitiva, riqueza. No se nos va a olvidar cómo en los años de bonanza los socialistas se ponían las medallas del crecimiento y del empleo logrados precisamente a partir del sector de la construcción.

   Tampoco olvidaremos cómo con la crisis han intentado zafarse del asunto echándole la culpa a los gobiernos de Aznar que no supieron ver la burbuja que se estaba generando. Ahora no nos vengan con lecciones. Claro que había una burbuja. Lo decía hasta la saciedad el Banco de España dirigido por Caruana informe tras informe. También sabíamos que por formación y medios, España no podía pasar de la noche a la mañana como nos vendía el Gobierno de Rubalcaba del andamio a la bata blanca. Desde luego como todo lo que tenga que ofrecer Rubalcaba sea esto, demagogia y confusión -aquí hay que incluir también el deseo por arte de magia de sacar de las listas del paro a 600.000 jóvenes- va listo. Los ciudadanos ya están hartos de falsedades, de discursos vacíos, de imprecisiones e improvisaciones. Me cuesta creer que consiga convencer a nadie. Bajar a la arena no le está sentando nada bien a Rubalcaba. Cada día más gente se ha caído del caballo y se da cuenta de que el candidato socialista estaba sobrevalorado. 

 

  

    

  

   .