No aprenden
16/01/2011 - 00:00
Cuando aún no se han cerrado las heridas por la bronca monumental que significó el "apoyo incondicional" de la dirección del PSOE a Trinidad Jiménez frente a Tomas Gómez, vuelve a saltar la polémica.
Los malísimos datos de las encuestas están haciendo a determinados dirigentes socialistas cometer errores de bulto. No aprenden. Solo tendrían que echar un vistazo a la larga trayectoria del partido que demuestra tozudamente como los conflictos internos son los que más votos les hacen perder.
Si los enfrentamientos se redujeran a Madrid, donde las posibilidades de Tomas Gómez de recuperar la Comunidad Autónoma son tan lejanas como las de Álvarez Cascos de gobernar en Asturias, el daño sería menor. Pero el conflicto ha llegado a Barcelona, buque insignia del PSC, todavía doliente de la apabullante derrota sufrida en las autonómicas.
A cuatro meses de las elecciones, el derrotado Montilla descubre que Jordi Hereu, actual alcalde de la Ciudad Condal, sale mal parado en las encuestas. Algo parecido a lo que le ocurría a el mismo, antes de las elecciones a la Generalitat, y no se le pasó por la cabeza renunciar. Pues bien, Montilla le pide a Hereu que por el bien del partido, deje paso a otro compañero con más posibilidades. Estamos ante un caso idéntico al de Madrid y sus "desgarradas" primarias.
Ahora Hereu, que lleva perdiendo apoyo popular desde hace tiempo, y cuyo colofón ha sido el fracasado referéndum sobre la reforma fallida de la Diagonal, competirá con Montserrat Tura. Otra vez el PSC fraccionado; la historia se repite.
Gane quien gane en febrero, el candidato de Convergencia y Unió les habrá pisado dos meses de campaña real, que no legal, dirigiéndose a todos los vecinos de Barcelona.
En cuanto a Madrid, el tema tiene que ver con la autonomía de las Federaciones socialistas y con la diferente interpretación que de las normas éticas hacen los partidos. Una exigencia permanente hacia los demás, con dificultades de aplicación cuando el afectado es un compañero.
Trinidad Rollán, mano derecha de Tomas Gómez en el PSOE de Madrid, ha sido condenada a ocho años de inhabilitación por un delito de prevaricación. Abandona su cargo de concejal en el Ayuntamiento de Torrejón, pero Gómez se niega a que deje su cargo de secretaria de organización de la federación madrileña. Una condenada con sentencia firma no puede seguir desempeñando un cargo en un partido, sea de las siglas que sea. Las normas éticas no son solo para exhibirlas y para reclamarlas, son, fundamentalmente, para cumplirlas.