No aprenden nada

09/05/2011 - 00:00 Andrés Aberasturi

 
Lo malo de las campañas electorales es que entran en tu casa quieras o no. Y, según encuestas, el personal no quiere, La gente está hasta el gorro de esos espectáculos que cada día más se van pareciendo -y hasta superando- a ciertos programas de televisión donde lo más fino que se dice no lo puedo reproducir aquí no por mojigatería sino por una elemental educación. Hay mas de un 72 por ciento de españoles a los que nos les interesa nada la campaña electoral, que no la quieren seguir, que les aburre soberanamente ese guión aprendido que los políticos van soltando de pueblo en pueblo y de ciudad en ciudad. Los mítines son como aquellas novelistas del oeste en las que solo cambiaba el nombre del caballo y el pelo, moreno, rubio o en ocasiones pelirrojo, de la fémina (a don Marcial Lafuente le gustaba mucho utilizar esta palabra, fémina). Y es que las campañas electorales -que siempre han sido excesivas- en tiempos de crisis pueden resultar indigestas por disparatadas. Y siempre es más de lo mismo pero en exagerado y en dos versiones: la dramática -muy de la derecha- y la de la gracieta/chascarrillo que Guerra -digo yo- inauguró en el PSOE.
   Y como el público que va a los mítines ya está muy por la labor, los oradores se crecen ante el respetable y rozan el esperpento. Con las nuevas tecnologías al alcance de cualquiera ¿para qué diablos sirve un mitin? Pues para los treinta segundos que luego se envían a las televisiones. Y para ese medio minuto escaso de distribución nacional, ha habido que alquilar locales, llevar a gente, hacer pancartas, instalar sonidos, comprar globos, contratar vigilancia, movilizar a Cruz Roja. De verdad que no está el horno para bollos ni el país para dispendios. Pero insisten y al final te resignas y durante el fin de semana prestas una cierta atención a lo que dicen unos y otros y es entonces cuando, de verdad, se te cae el alma a los pies.
  No aprenden nada y siguen con las promesas imposibles que ya es que cabrean, se acusan de las mismas cosas que hace treinta años que ya es que cansan y besan a pobres niños en visitas programadas a los mercados que ya es que dan risa. El PP lleva hasta el extremo la crisis y el PSOE sigue con la cantinela de la amenaza que ya huele: ¡que viene la derecha de la derecha¡. Qué aburridos todos, qué pesados y qué ganas tienen de poder, de alcanzarlo o de mantenerse. ¿Por qué no suprimir de una vez tanto mitin y tanta historia vacía? Digan ustedes lo que tiene que decir un día, solo un día, con calma y sin insultos y dejen que el pueblo decida con tranquilidad lo que quiere y lo que no. Ahorraríamos dinero y aburrimiento.