No hay quien nos entienda

16/03/2011 - 00:00 Consuelo Sánchez Vicente

Son tan equívocos los mensajes sobre Batasuna que venimos enviando desde España a las instituciones de la Unión Europea, tan de "ducha escocesa" según toque negociación o palo a ETA, que no es de extrañar que el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo se haya descolgado con que lo de Otegi acusando al Rey de ser "el jefe de los torturadores" no es injuria ni ataque personal contra el Jefe del Estado español, sino puritita libertad de expresión que dirían los mexicanos. Yo creo que no, que se equivocan, que lo de Otegi no es libertad de expresión. Pero, si ni entre los propios españoles nos aclaramos con Batasuna, ¿cómo esperar que los europeos afinen? Salvando el principio de que las sentencias hay que acatarlas cuando gustan y porque esa es la piedra angular del Estado de Derecho y de la independencia judicial: a mí esta sentencia me parece una aberración y discrepo radicalmente de ella. Acatar no implica compartir ni excluye la crítica como un ejercicio legítimo - ahora sí- del derecho democrático a la libertad de expresión. 
   Ahora bien, y en descargo de los jueces de Estrasburgo: el contexto es muy importante también en el Derecho, y solo desde que gobierna Zapatero los españoles hemos cambiado tres veces de posición institucional respecto a ETA-Batasuna, y hemos ido y hemos vuelto sobre nuestros pasos. ¿Qué coherencia vamos a pedirle a Europa sobre si Batasuna hace terrorismo o política si aquí no la hay? Un día leen en los periódicos las pamplinas del Estado con De Juana Chaos, que para Zapatero Otegi es un hombre de paz, el Parlamento autoriza la negociación entre el Gobierno y ETA y el Fiscal General del Estado afirma que también la Justicia debe estar presta a "mancharse la toga con el polvo del camino" para no obstaculizar el Proceso de Paz con ETA. Otro día les pedimos que metan a ETA en la lista de bandas terroristas y bendigan nuestra ley de Partidos porque nuestro Tribunal Supremo sentencia que Batasuna "es" ETA. Y al día siguiente, la noticia de que el Gobierno y el PP coinciden en que Sortu no puede concurrir a las elecciones porque es Batasuna y Batasuna es ETA y bla, bla, bla, se mezcla en las portadas con que el presidente de los socialistas vascos, Eguiguren, llama a su jefe de filas nacional y presidente del Gobierno, a Zapatero, "cobarde" por no legalizar a Sortu, mientras que el ministro de Justicia, Caamaño, se lía y por la mañana afirma que Sortu no es Batasuna y por la tarde, que sí. Y así nos va.