No ofende el que quiere...

29/10/2010 - 00:00 Rafael Esteban

 Querido y estimado Mario: No ofende el que quiere, sino el que puede. Y tú, desde hace mucho tiempo, ni puedes ni estás capacitado para ofender. Creo que debes preguntar a los que viven a tu alrededor, es decir, en Marchamalo, el pueblo al que tengo el honor de representar desde la Alcaldía. Por tanto, de trabajar por y para él desde hace muchos años. Más de los que tú has estado en el Gobierno de cualquier administración. Por cierto, ¿cuántos años han sido esos? Pero no te quedes sólo en Marchamalo. Mira más lejos. ¿Quién te crees que te va a comprar toda la bazofia, mentira y chabacanería que acostumbras a soltar por tu boca? Te puedo responder: nadie. ¿No ves al alcalde de Pareja, Javier del Río, que constantemente está al acecho de tu puesto? Ya no engañas a nadie. Ni con tus palabras ni con tus gestos. Una de las infinitas diferencias entre los dos es que mientras tú te sirves de la política, yo sirvo a la política. Y lo demuestro con el trabajo constante, con el esfuerzo diario por mi pueblo y mi provincia. Eso de las traiciones se lo cuentas a otro. Mira a tu alrededor, insisto, y verás a muchos judas, incluido tú mismo. Yo tengo una cosa clara: que la política no será mi destino en el futuro, porque todo se acaba. Posiblemente, pueda retornar a aquel puesto que dejé y del que nunca me despidieron, como tú dices de forma pérfida. O a otro similar en el que vuelva a ganar más dinero del que en todos estos años he podido percibir por el trabajo que verdaderamente amo: la política. ¿Puedes decir tú lo mismo? Creo que no. Acostumbras a arrastrarte por la arena, cual culebra despistada, para conseguir que te suban el sueldo que deberías cobrar en la Diputación. Incluso eres capaz de forzar la máquina para que creen algún puesto para algún familiar, igual que hicieron contigo, por mucha oposición que presumas de haber aprobado. Saborea lo que te queda porque estás haciendo la cama a los buitres que planean sobre tu cabeza. Vete preparando para retornar a tu “lícito” puesto de funcionario, que yo ya me las arreglaré trabajando para un partido, el PSOE, que está repleto de gente honrada, trabajadores, luchadora y con vocación de servicio, y por el bienestar de mis vecinos si siguen demostrándome su confianza como hasta ahora. Y no te olvides de algo: las víboras mudan la piel para sobrevivir. Ya me entiendes