No pude votar
25/12/2015 - 23:00
La probable incompetencia de la presidenta de la Mesa U, Sección 001, del IES Castilla, y el presunto desentendimiento de la Junta Electoral Provincial, me impidieron el pasado domingo ejercer el derecho al sufragio que me reconoce el artículo 23.1 del texto constitucional porque, al parecer, lo había hecho otro ya en mi nombre. Es algo que casi da vergüenza denunciarlo porque pensábamos que eso sólo podía ocurrir en un país tercermundista. Está visto que habrá que volver a medidas de seguridad hace tiempo superadas como puede ser que al votante después de depositar su papeleta, se le manche la yema de un dedo, o se le haga una cruz en la frente, (¿por qué no?) con pintura indeleble para que no repita el sufragio en otra mesa. Así que aquí hay un caso en que se le ha negado a un ciudadano su derecho constitucional al sufragio por lo que bien puedo decir, si la indignación me deja, que el ministro del Interior, el subdelegado del Gobierno, la Junta Electoral Provincial, la presidenta de Mesa, (y el Sursumcorda, si es preciso) en mi caso se han lucido. (Y que perdone el Sursumcorda, porque escribo esto en caliente). Y esto precisamente le ha ocurrido a un elector que ha publicado más de doscientos artículos en periódicos provinciales y nacionales en apoyo y defensa de la democracia y la Constitución, en ocasiones frente a presiones, coacciones e incluso daños en su patrimonio.
Mi problema electoral no me impidió, ya con el sol en el ocaso, ir para sólo un rato al rincón del río Tajuña, cerca de Valfermoso, al que suelo a ir a relajarme de las tensiones de la semana.Y allí, entre los chopos centenarios de gruesas ramas retorcidas y troncos inabarcables por dos hombres cogidos de las manos, reflexioné que el resultado de las elecciones, en nada iba a a influir en los centenarios árboles que me rodeaban ni en el curso y el caudal del río, que hasta ahora han crecido y vivido sin ayudas ni subvenciones de nadie pese a su influencia en el medio ambiente con el oxígeno que expelen sus hojas durante el día. A los chopos, alisos, fresnos y mimbrerales les daba igual que ganara Juan o ganara Pedro, porque ninguno de los partidos en liza había prometido a los votantes ocuparse de la chopera, pero sí de la educación y la medicina, repitiendo el mantra de una Medicina pública, gratuita e igual para todos los españoles. Lo que sigue siendo una utopía mientras haya tanta diferencia entre la Medicina rural y la urbana.
La paz de mi chopera contrastaba con la vorágine de declaraciones, entrevistas, mítines y demás verborrea de los últimos días, por lo que los participantes en la campaña electoral no hubiesen encontrado un sitio mejor que mi chopera para relajarse. Pero de uno en uno y distanciados, porque si se juntaran varios, otra vez la habríamos liado, pues ya se sabe que los políticos no saben estar callados, aunque la oratoria no sea lo suyo y de castelarinos no tengan nada. Menos mal que el buen gusto por el bien hablar se ha perdido. Así que vaya una cosa por otra. Pero el caso es que, incomprensiblemente el 20.D no pude votar..