No sé de qué diablos se ríen
Ese nadie son los especuladores, los mercados y demás predadores del género humano. Mientras que eso siga así no hay nada que hacer y la crisis del euro de hoy o de ayer será la crisis o la catástrofe del mañana. Estoy viendo las fotos de la última reunión de Bruselas y me pregunto estupefacto de qué diablos se ríen o se sonríen los ministros europeos de Economía y Finanzas, tal vez para hacerse los simpáticos o para ocultar su incapacidad y su inutilidad. No nos sirven para nada mientras que esas instituciones no tomen la imprescindible decisión de organizar la gran Europa decisoria y la desaparición de esos agentes exógenos que nos arruinan y que -ellos sí que con razón- se ríen pero a carcajadas de los cientos de millones de ciudadanos que esclavizan y que vampirizan sin que nadie les ponga en su lugar. Me niego a seguir escuchando impertérrito las vacías -cuando no mentirosas- explicaciones de nuestros jefes de Gobierno y de nuestros ministros de Economía y de Exteriores sobre las causas y remedios de la simpar crisis que nos atenaza.