No son 9.000 millones pero algo caer
14/04/2011 - 00:00
Todavía no ha regresado el presidente José Luis Rodríguez Zapatero de su gira oriental y los desmentidos de la propaganda de Moncloa ya están en Madrid. Una buena noticia desmentida no devuelve las cosas a su situación inicial, sino que empeora el aspecto de quien se ha excedido en el optimismo. La desesperación hace ver oasis en mitad del desierto. Eso se llama espejismos.
Durante todas las épocas de gobierno de Zapatero ha habido una confusión entre los anuncios de los proyectos y sus realizaciones. De Moncloa envían a algunos periodistas -a mi ya no me llega- un argumentarlo y unos protocolos en colores con los aciertos del Gobierno y las equivocaciones de la oposición: son como los colores primitivos que se dan a los niños pequeños para que jueguen. En rojo los buenos y en azul los malos.
Todo muy elemental, para que lo interpreten adecuadamente hasta los más tontos.
Los políticos -el PP hace lo mismo- hacen argumentarios para que sus militantes actúen de cotorras mediáticas repitiendo los mismos mensajes, como si fuera el anuncio de un detergente. Y notifican los sueños como si estuvieran realizados. En eso, las autoridades chinas son muy estrictas porque en su cultura la palabra dada es sagrada. Por eso han salido como bólidos para decir que se habló de compra de deuda soberana, de inversiones en los momios de las Cajas de Ahorros -otra vez las privatizaciones van a crear otra casta de nuevos o viejos ricos- pero que de 9600 millones de euros, nada de nada. Que algo habrá.
Es normal que cuando alguien se está ahogando sueñe con un salvavidas, pero dar brazadas de ahogado para encontrar un flotador que no existe, precipita al fondo. Por cierto, ayer era el aniversario del hundimiento del Titánic y Zapatero dijo que España era un trasatlántico. No se si creer que la baraka se ha sublevado en conjuro negativo.