Nueva etapa para el Palacio de Congresos

18/03/2011 - 00:00 Redacción

El proyecto del Palacio de Congresos daba ayer un nuevo paso adelante. Con la firma de un protocolo entre el presidente regional, José María Barreda y su homólogo de la Cámara de Comercio, Juan José Cercadillo se ponía en firme el compromiso de hacer realidad una infraestructura muy demandada por el empresariado alcarreño y que desde hace casi 10 años se viene intentando hacer realidad. A través de ese documento, la Junta de Comunidades costeará el 90% de la infraestructura hasta un máximo de 18 millones de euros. El compromiso es el mismo que el adquirido en otras ciudades de la región como Cuenca o Albacete, con la diferencia de que en estos lugares los proyectos se idearon con posterioridad al alcarreño y ya son realidad. Los constantes desacuerdos respecto a la ubicación del Palacio entre la anterior directiva de la Institución Cameral y el Gobierno castellano-manchego y el hecho de que en el pasado mes de agosto el Pleno de la Cámara dejara sin efecto los resultados del concurso para su construcción, parecían abocar a esta instalación al olvido. Pero nada más lejos de la realidad. De hecho, el presidente de Cámara ha recalcado, en más de una ocasión, que no estaba dispuesto a privar a Guadalajara, con una ubicación excepcional, de una oportunidad única en el ámbito de la organización de congresos y convenciones. Eso sí, desde la racionalidad y sin proyectos mastodónticos de dificultosa rentabilidad económica. Bajo ese planteamiento, ayer se iniciaba una nueva etapa para el Palacio de Congresos de la capital. Podríamos decir que parte de cero, eso sí, con desventaja en cuanto al tiempo perdido y con cierto regusto agrio provocado por el enfrentamiento institucional entre la Junta y Ayuntamiento que se escenificaba en la ausencia del alcalde, Antonio Román, que no fue invitado. Esperemos que esas asperezas, ya históricas en este proyecto, se acaben limando y que los empresarios sean capaces de adoptar la mejor decisión en cuanto a la ubicación y la gestión del Palacio de Congresos. En ellos recae esta responsabilidad que debe mantenerse al margen de rencillas políticas.