Nueva tragedia

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

La muerte de una veintena de personas, entre soldados y personal de astilleros, en el accidente sufrido por un submarino nuclear ruso en el Pacífico ha provocado la apertura de una investigación oficial para esclarecer los hechos.
Las dramáticas consecuencias del siniestro, que remiten a tragedias como la sufrida hace ocho años por los marineros del ‘Kursk’, interpelan a las autoridades de Moscú para que determinen con nitidez por qué se activó el sistema de incendios que parece situarse en el origen del suceso y si los fallecidos contaban o no con los medios precisos para haber evitado tan fatal desenlace. Una aclaración que se hace tanto o más ineludible ante la determinación del Gobierno de Medvédev y Putin de proceder a un renovado proceso de rearme, que no se ha visto acompañado de una modernización previa de las estructuras y recursos militares disponibles. Si se confirmara que este último accidente está relacionado en alguna medida con la obsolescencia de la flota rusa, supondría un elocuente y desgraciado ejemplo de una vulnerabilidad latente que el Ejecutivo de Moscú trataría de enmascarar con su discurso más beligerante hacia el exterior.