Nunca más
01/10/2010 - 09:45
Por:
Cartas al director
JUAN ANTONIO MORENO / Guadalajara
El día 29 de junio falleció nuestro querido hijo y novio Diego Moreno Berlinches, de 24 años de edad. De repente se sintió mal y no pudo seguir respirando. El dolor de su pérdida es infinito, tanto como nuestro cariño. Nunca sabremos si la llegada con prontitud de unos servicios médicos hubiesen hecho posible que hoy siguiera con nosotros; lo cierto, lo verdadero, lo absurdo es que estos servicios llegaron casi una hora después de ser avisados, cuando ya nada se podía hacer por su vida.
Es incomprensible que en pleno siglo XXI, tras más de dieciséis llamadas al 1-1-2, una ambulancia (no disponible en Azuqueca) tarde en llegar una hora desde Guadalajara a Villanueva, y que durante este intervalo la familia de Diego se desespere por su vida, impotentes e indefensos ante la tragedia. Es incomprensible que los servicios médicos de Azuqueca no aparezcan hasta más de dos horas después del hecho, alegando acumulación de trabajo y que todavía estemos esperando la ayuda psicológica que dijeron desde el 1-1-2 que se iba a presentar; todo esto lo determinará un juez, pero mientras tanto, la vida se nos va de las manos y la ayuda no es ayuda, sino carga de dolor.
Los ciudadanos de Azuqueca y alrededores tienen que saber que están desamparados ante la ineficacia de estas administraciones, que promueven, en el mejor de los casos, bonitas rotondas y aceras pero escasísimos servicios sanitarios de urgencias, y tanto es así que nos cuesta la vida. ¿Y si el hijo que se está muriendo fuera el de algún político con responsabilidad en la materia?, Dios no lo quiera, porque hasta ellos deben de ser conscientes del desamparo en que se encuentran. No es admisible que con nuestros impuestos no tengamos unos servicios sanitarios de primera calidad, que no se disponga ni de una UVI móvil para 40.000 habitantes y de un único médico de urgencias, y no es admisible porque la vida de las personas está en juego, incluso la de los políticos. Que estas lágrimas de dolor sirvan para que nunca más veamos a nuestros seres queridos morir en nuestras manos, desesperados porque no llega la ayuda.
Los ciudadanos de Azuqueca y alrededores tienen que saber que están desamparados ante la ineficacia de estas administraciones, que promueven, en el mejor de los casos, bonitas rotondas y aceras pero escasísimos servicios sanitarios de urgencias, y tanto es así que nos cuesta la vida. ¿Y si el hijo que se está muriendo fuera el de algún político con responsabilidad en la materia?, Dios no lo quiera, porque hasta ellos deben de ser conscientes del desamparo en que se encuentran. No es admisible que con nuestros impuestos no tengamos unos servicios sanitarios de primera calidad, que no se disponga ni de una UVI móvil para 40.000 habitantes y de un único médico de urgencias, y no es admisible porque la vida de las personas está en juego, incluso la de los políticos. Que estas lágrimas de dolor sirvan para que nunca más veamos a nuestros seres queridos morir en nuestras manos, desesperados porque no llega la ayuda.