Oleaje mortal
01/10/2010 - 09:45
APUNTES
Los efectos de las adversas condiciones meteorológicas que han condicionado el otoño y el inicio del invierno dejan constancia de que los temporales pueden arrojar consecuencias mucho más graves que el incordio que provocan en la vida cotidiana, por lo que conviene no desatender los llamamientos a la prudencia.
La muerte en las últimas horas de cuatro personas en Valencia y en Cataluña a causa del fuerte oleaje causado por el empeoramiento del tiempo acredita la virulencia de las tormentas y la necesidad de no despreciar la propia seguridad cuando las previsiones son tan negativas. En cualquier sociedad desarrollada, los percances motivados por problemas meteorológicos, por extremos que puedan ser, siempre desconciertan por lo incompatibles que resultan con las medidas de prevención y de información que suelen desplegar los poderes públicos a fin de evitar sucesos desgraciados. Pero el imprescindible compromiso de las instituciones ante circunstancias potencialmente de riesgo no exime a los ciudadanos de su responsabilidad a la hora de eludir aquellos peligros que sean evitables.