Otra tercera vía
30/10/2015 - 23:00
Para qué lo llamarán democracia si quieren decir deseos de poder y ambición de dinero? Tenemos una democracia conceptual o teórica frente a la democracia real que predican otros. Pues bien, falta una tercera vía que no es capitalismo ni socialismo o marxismo sino testimonio, la democracia ejemplar, la democracia de los pobres, la de la renuncia y del sacrificio. Ahí les tenéis a los políticos, sentados en sus poltronas en medio de suntuosos despachos, iluminados con grandes ventanales que dan a jardines primorosamente cuidados. Habitan ricos palacios con grandes galerías, adornados con toda clase de alfombras y cuadros. Rodeados de un tejido de aparatos de última generación y tecnología, en el despacho de al lado están los ayudantes esperando sus indicaciones y deseos. Son como un ejército civil de edecanes, atentos a los gustos de sus señores. Esclavos alados y dispuestos a obedecer antes de ser mandados, adivinando con la mirada cualquier gesto de su amo y muy atentos a las órdenes y al protocolo.
Abajo espera el coche dispuesto para el traslado, conductores atentos y preparados. Toda esta corte la ha traído la democracia tan versallesca como otras épocas y regímenes muy criticados. Los llamados dueños o titulares de la representación popular se han quitado la careta de mendicantes de los votos y, una vez conseguidos, adquirida la condición de representantes políticos del pueblo, hacen de su capa un sayo y se arrojan en brazos de la buena vida, de los placeres del cuerpo y de los honores del espíritu. Nada de estrecheces o carencias. La vida en primera clase y confortable, lejos de inclemencias e incomodidades.
Fuera de sus recintos y despachos les esperan los honores y aplausos. Recibimientos multitudinarios, aclamaciones y agasajos. Banquetes, comilonas y regalos. Es el triunfo de la popularidad y del halago. Una vida de privilegiados. Se dedican a escoger a sus amigos para ponerles en la lista de seleccionados y elegidos con los que continuar el rosario de prebendas, asegurándose un buen porvenir y trato. Tienen las puertas abiertas y las alfombras puestas en todos los platós, tribunas y escenarios. Mientras tanto, el pueblo ve cómo el presupuesto público no llega a sus necesidades de educación, investigación, infraestructuras, sanidad o asistenciales
¿Dónde está la tercera vía en política de la que hablamos, la tercera democracia, el nuevo estilo, la otra salida? La vía del testimonio, la del ejemplo, la de la sencillez de vida, la contención en el derroche y el gasto, la de las costumbres sobrias, la del amor al pueblo necesitado o desempleado, la de la austeridad compartida, la del creyente, la del humilde ciudadano. Todo poderío fenece, todo se seca y se pasa, el éxito, los honores, la fama, el mandato, el podio del poder, la exaltación que un día se convierte en silencio, olvido y cadena. Porque el pueblo también recuerda, habla, sentencia y condena.