'Palabros'
Los comentómatras pedantes han rescatado hace un mes el término italiano 'palabros'.
Los comentómatras pedantes han rescatado hace un mes el término italiano “sorpasso” y todo indica que aguantará, incluso aunque no haya adelantamiento de los uniopodemistas a los socialistas en votos o escaños. Porque parece claro que, aunque la admita la Real Academia de la Lengua (RAE), difícilmente podrá usarse con propiedad para describir que España ha superado en PIB, sentido común u otras cosas positivas a países punteros.
La palabra ha arraigado de tal manera que me cuentan que un avispado restaurador la ha colgado en la puerta de un céntrico y decadente restaurante del centro de Madrid. A ver si lo levanta. Como se está haciendo con otros tantos palabros de moda, sobre todo del anglicismos, tantos que la RAE, que limpia, fija y da esplendor al español, ha denunciado su abuso y lanzado una campaña.
Su anuncio (mejor que spot) evidencia la saturación del léxico foráneo en espacios publicitarios y las conversaciones. Ahora hay quien se va a un ”after work” en lugar de tomarse unas copas tras el trabajo. En vez de modernos hay “hipsters”, se viaja en “low cost” en lugar de barato, no compramos algo antiguo sino “vintage”, ni salimos a correr sino a hacer “running”, y en vez de corredores somos “runners”. O nos sacamos los “selfies”, palabra del año en el 2014 para la Fundeu (Fundación del Española Urgente), que aconsejó autofoto sin éxito.
La interminable lista daría para una tesis doctoral. Sobre todo en los mundos del deporte, moda, electrodomésticos, telefonía móvil, decoración y publicidad donde no hay anuncio que se precie sin algún palabro en inglés. O varios. Dario Villanueva, director de la RAE, considera muy discutible que por anunciar algo en la lengua de Shakespeare se consiga más adhesión a una marca. Lo achaca a una especie de complejo de inferioridad como si las cosas dichas en ese idioma tuvieran más valor que las dichas en castellano. Simplemente son “ridicolous”, como dice la campaña.
El título del artículo, que conste, nada tiene que ver con mi pueblo. En Labros se respeta el lenguaje e incluso las innovaciones y metáforas se cuidan hasta el punto de ser políticamente correctas. A tanto moderno se le tacharía directamente de tontolaba, tontarra o gaznápiro. Si lo dudan lean, por ejemplo, al maestro Andrés Berlanga.