Parajes ignotos

06/05/2017 - 12:26 Luis Monje Ciruelo

Conocemos bastante bien la Sierra Norte, en el otro extremo de la provincia y desconocemos, en cambio, los atractivos, por ejemplo, de la Sierra de Altomira y el entorno serrano de las Tetas de Viana , y aún conocemos mucho menos la Sierra de la Umbría Negra, término de Arbeteta.

Si alguna enseñanza puedo extraer de las incidencias que viví el pasado sábado en el extremo oriental de la Serranía de Cifuentes, en la comarca llamada Tercera Alcarria, entre los ríos Tajo y Guadiela, casi provincia de Cuenca, es  que conocemos bastante bien la Sierra Norte, en el otro extremo de la provincia, por lo menos,  yo, y desconocemos, en cambio, los atractivos, por ejemplo, de la Sierra de Altomira y el entorno serrano de las Tetas de Viana, , y aún conocemos mucho menos la Sierra de la Umbría Negra, término de Arbeteta, el pueblo del Mambrù como veleta y la leyenda de sus amores con la Giralda de Escamilla. Fui como copiloto en el cuatro por cuatro de mi hijo, para el que no son obstáculos ni el barro ni los pedruscos ni la estrechura entre rocas; me refiero a mi hijo, no al coche. Dimos, por fin, con la Rambla del Avellano , y en ella con el Arco de Piedra, objetivo del viaje, donde me fotografié. Llegamos por hondonadas y barranqueras, de salvaje riqueza forestal de pinos negrales de altas copas, sabinas, quejigos,encinas, espino albar, ,fresnos, algún arce de Montpelier y robles sin hojas y ni siquiera con yemas, pero que desde lejos parecían manzanos en flor por el musgo y lianas que colgaban de sus ramas desnudas, fruto de la humedad del lugar,  que no nos dejaban ver los roquedos que nos flanqueaban, poblados de buitres Pero al iniciar el regreso, a unos trece  kms. del pueblo más próximo, en la zona más salvaje del recorrido,  sin cobertura y bajo una persistente lluvia, se nos rompió una rueda delantera al chocar con una roca saliente. Haciendo de la necesidad virtud, pusimos, aunque yo no ayudé nada, la rueda de repuesto y pudimos llegar a la civilización, quiero decir a una carretera asfaltada, que fue la de Zaorejas a Trillo. Sin novedad, y por eso lo cuento. Al regresar por Valtablado del Río pasamos por debajo del castillo de Arbeteta, quizá el más bello de la provincia por su emplazamiento en una roca saliente y tan ajustado a ella que parecen una sola unidad. Quizá se llegue más directamente a Arbeteta por Cifuentes, Sacecorbo y Ocentejo, como he hecho otras veces, pasando al llegar al puente Valtablado, por un desfiladero, que se contempla casi desde el coche, y en el que mugen las aguas del Tajo turbulentas y cubiertas de espuma.