
Pardos... Poesía eres tú
Ni corren malos tiempos para la poesía ni es la hermana pobre de la literatura.
Ni corren malos tiempos para la poesía ni es la hermana pobre de la literatura. Como sostenía el gran lírico Gabriel Celaya, es “un arma cargada de futuro”. Al menos en el corazón del Señorío se vibra en poesía. Gracias a la iniciativa y tesón de Begoña Benito, poetisa de montes, sabinas, pinos, arroyos, ríos, páramos y soledades, que a veces suenan a elegía en esta comarca convertida en cementerio demográfico.
El encuentro Poesía entre Sabinas se celebrará este sábado, a la puerta del verano, en su pueblo natal, Pardos. En un entorno rural, la chopera Las Fuentes, en el camino hacia Canales y al pie de la Sierra con su espectaculares atardeceres anaranjados. Un escenario singular en el que los autores compartirán sus poemas, inspirados en nuestros pueblos, gentes y paisajes. Vendrán desde Peralejos, Alcoroches, Pedregal, Adobes, Cubillejo, Lebrancón, Molina y, por supuesto, de Poveda.
Poveda, en el alto Tajo, fue cuna del gran Segundo Pastor. Justo el día 23 cumpliría cien años. Por este motivo, servirá también de homenaje al concertista y compositor con la lectura de la antología poética de su esposa, Julia Sarro. Una lectura que, como hace años hizo la pareja, estará acompañada a la guitarra por el profesor molinés Pedro Iturbe, seguidor de cerca de los pasos del maestro. El broche a esta unión de poesía y música será un poema de Begoña dedicado al insigne povedano. En esta ocasión romperá con la sentencia bíblica y será poeta y profeta en su tierra.
Pocos pueblos dispensan la hospitalidad de Pardos. Basta con preguntar por Alfonso, alcalde y persona ilustre por antonomasia de la zona. Lógicamente no ha dudado, como en tantas ocasiones, en prestar su desinteresada colaboración al evento. Alfonso siempre tiene un abrazo, una cerveza o lo que haga falta, de reserva.
Contrasta con el olvido oficial a este centenario, sin duda menos rentable que el de Cela. Y con la brillante ausencia del mínimo patrocinio a actos culturales como este por parte de la Diputación y otras instituciones. Sus representantes, más atentos a las elecciones y a sus bien remunerados puestos, parecen seguir la rancia filosofía del cabo militar: firmes en el mando y graciables en lo que se pueda. O sea, nada. Siempre hubo artes y artimañas.