¡¡Peligro!! Regreso a las aulas

06/09/2020 - 13:02 Salvador Herraiz Embid

No hay que ‘encabezonarse’ en abrir a toda costa los centros. Y lo dice alguien que  ha dirigido durante décadas un centro de Karate con visos de desaparición.

Quiero pensar que estaremos todos de acuerdo en que aunque la terrible crisis ocasionada por el COVID 19 tiene gravísimas implicaciones económicas lo prioritario es solucionar el problema sanitario. De hecho si por actuaciones encaminadas a paliar el tema económico se perjudica el sanitario es flaco favor al conjunto y a lo principal, y de hecho no sería más que retrasar unas semanas también igualmente el problema económico. 

Soy de la opinión de que cualquier acción de solución debe ser global, nacional, pero lo que ahora me sorprende es eso de convertir los centros de educación en lugares seguros Covid Free. Veamos. No soy un experto en el tema (no creo que los haya si quiera entre los que así lo creen), pero a no ser que los colegios e institutos fueran internados en alumnado y profesores, por mucho que se piense que se pueden crear en ellos lugares seguros frente al virus (que eso estaría por verse por otra parte) el mero hecho de que los alumnos y profesores se vallan a sus casa, a su vida,… después de las clases hace que al día siguiente los centros ya no sean esos lugares tan seguros, pues ya se ha perdido el supuesto control que se creía tener. Como digo otra cosa sería un internado sin ningún contacto con el exterior, algo por supuesto impensable. 

Por otra parte me resulta casi cómico, si es que tuviera alguna gracias todo lo que tenga que ver con un problema que causa enfermedad, secuelas y muerte, el que quieran hacer pruebas PCR a los profesores. ¿Solo a ellos? ¿Para qué? ¿Cada cuanto tiempo?... porque también los alumnos van a respirar en las aulas, pasillos, patios, … y además la situación de cada uno, profesores y alumnos, puede cambiar cada día por eso de regresar al final de la jornada lectiva a sus otras ocupaciones y entretenimientos con familiares y amigos ajenos al centro de estudio. No entiendo muy bien lo que se puede conseguir con ello. Es evidente que siempre saldrá algo bueno con esos controles pero igualmente lo veo prácticamente inefectivo y creo que detrás lo que hay es el aparentar un control imposible de la situación por esos caminos. Es decir… política. 

No veo más solución que el cumplir fielmente las normas en cuanto al uso de mascarilla y distancia, y entender que si luego las saltamos para tomar un aperitivo, fumar o comer pipas (por no hablar de botellones, fiestas, bodas y otras reuniones) de poco o nada servirán. Por cierto, tampoco sirve de mucho llevar la mascarilla en el cuello, en la frente o lo típico, en un codo, dejando evidentemente desprotegido frente al virus…al otro codo. ¡Increíble! No terminamos de entender la situación. A los negacionistas solo les pediría echar un vistazo, o informarse, de la situación en centros de salud, hospitales y residencias, para comprender que lo que está pasando no es lo que pasaría igualmente en una situación habitual. Para nada pero… no hay más ciego que el que no quiere ver.

Una última cosa: El hecho de hacer el curso on line podría ser evidentemente buena parte de la solución, pero… hacer alguna jornada presencial tras unas jornadas telemáticas me temo que también rompería en buena parte la aparente seguridad. Quizá habría que elegir cursos para hacer todas sus jornadas telemáticas y otros cursos hacerlo presencial, pero sin mezclas. A este respecto supongo que cursos como 2º de Bachillerato, por la necesaria y cercana EBAU que conllevan, debería ser quizá uno de los presenciales. En lo que ya no me atrevo a opinar es en si habría que reducir el número de asignaturas, seleccionando las más importantes (siempre teniendo en cuanta que es una situación extraordinariamente anormal). Aprovechar los maestros y profesores para el desdoblamiento de clases o contratar a más docentes es algo en lo que ya no me atrevo ni a opinar por desconocer los entresijos de un centro educativo. Lo que sí pienso es que si los dos padres, padre y madre, progenitores biológicos… o no biológicos, adoptivos, o como les queramos llamar o corresponda, trabajan y eso es un problema para conciliar con hijos en casa, quizá habría que enfocarse en la parte positiva de ese problema concreto: Que los dos tienen trabajo, que ya es un lujo en sí mismo, y con lo que tienen más fácil contratar a una persona por horas al cuidado de esos hijos. 

Creo que son reflexiones por lo menos a tener en cuenta, aunque seguro que están en ello los mandamases y expertos, con mucho mejor criterio que yo y desde luego más inteligencia. Pido no obstante a las autoridades que no se dejen llevar por aparentes soluciones al problema económico que con el principal asunto de salud que hay detrás no sería más que pan para hoy y hambre para dentro de 15 días. No hay que “encabezonarse” en abrir a toda costa los centros. Y lo dice alguien que ha dirigido durante décadas un club de Karate con evidente viso de desaparición en estos momentos, pero entendiendo que lo principal es la salud, y no apeteciéndome nada tener la responsabilidad de que exista cierto riesgo de contagio en una actividad no del todo necesaria. Mi conciencia, a mí, me lo impediría. Entiendo que desde el punto de vista económico pueda interesar a trabajadores,… comenzar a trabajar aunque luego se vuelva a parar pero… ciertamente anteponer esos temas al estrictamente sanitario no me termina de convencer. De todas formas será muy fácil que si se inician las clases, en las semanas posteriores aparezca algún contagiado en el centro, aunque no haya cogido el virus en él, pero ocasionándose seguramente el cierre del colegio, escuela, instituto, gimnasio, etc… de manera que no sé si merece la pena en tales previsibles circunstancias. Termino pidiendo que sean con las normas que sean a implantar, que sean normas de posible cumplimiento, porque a menudo nos estamos encontrando ideas muy teóricas ellas pero que difícilmente pueden llevarse a la práctica.