Picarescas de todas clases para robar al prójimo
01/10/2010 - 09:45
Te cuento
Patidifuso se quedó un joven cuando fue a pagar la gasolina que había puesto al coche y le dijeron que su tarjera de crédito estaba inservible. Más sorpresa le causó repetir la escena en otros dos establecimientos comerciales. Lo que no sabía el individuo en cuestión es que su entidad bancaria había anulado su tarjeta, aunque lo hizo en su bien.
Y es que algunos sofisticados amigos de lo ajeno habían clonado su tarjeta, copiándole su banda magnética y robándole el número pin. Lo mismo le sucedió, aproximadamente, a otras 30 personas. La jugada venía de un cajero de Guadalajara capital de donde los afectados habían sacado pasta. Esta vez los ladronzuelos habían superpuesto un teclado falso sobre el verdadero sin que se notara en absoluto. Así lograban quedarse con el número secreto. Mientras, un pequeño artilugio ubicado en la ranura de la tarjeta grababa la banda magnética. Esa es solamente una modalidad, puesto que el doble teclado es sustituido en ocasiones por una videocámara que graba el pin. Las entidades bancarias tienen cada vez sistemas más sofisticados de antirrobo, pero, como dice el dicho, siempre hay trampa para la nueva ley. Y lo malo es que a estos tramposos es difícil de pillar.