Pisando calle

18/05/2011 - 00:00 Julia Navarro

 
Francisco Cascos ha dejado dicho que el PSOE está detrás de las manifestaciones de "¡Democracia Real, Ya!". Cascos se ha debido de quedar tan tranquilo después de decirlo porque seguramente hasta lo piensa. Pero Cascos, lo mismo que el resto de los políticos, pisa poco la calle. Si lo hiciera y se acercara, pongo por caso, a la Puerta del Sol de Madrid se encontraría con muchos jóvenes airados, hartos de la política y de los políticos que no ofrecen soluciones a sus problemas. También tendría ocasión de hablar con algunos jubilados, preocupados porque les han rebajado las pensiones y a algunos no les llega para nada.

    Otros, incluso, tienen que hacer el milagro de los panes y los peces con sus exiguas pensiones porque sus hijos se han quedado en el paro y han vuelto a casa. Puestos a hablar con la gente, no debería de irse sin hacerlo con algunos parados que están allí reivindicando que alguien les devuelva su vida, una vida con trabajo para poder pagar la hipoteca y el colegio de sus hijos. Verán, quienes salen bajo el lema de "¡Democracia Real, Ya!" no piden el voto para ningún partido porque, desgraciadamente, no creen en ninguno. Son gente indignada, sí indignada con el poder establecido, con los políticos que se subordinan a los poderosos que son los que hacen y deshacen la economía mundial y han provocado esta crisis que se ha cebado en todos, pero mayormente ha dejado a los jóvenes sin esperanza.

    Y mientras los indignados de "¡Democracia Real, Ya!" claman soluciones, Mariano Rajoy alaba en público a Francisco Camps al tiempo que reivindica a los políticos. Mal compañero ha elegido para hacerlo. Dicen desde el PP que Camps va a arrasar, y seguramente será así, pero eso no significa que sea un ejemplo como político, porque precisamente quienes se manifiestan bajo la pancarta de ¡"Democracia Real, Ya!" lo que denostan es a políticos como Camps. Si ese es el ejemplo político a seguir no me extraña la indignación de la gente.

    Mientras, Alfredo Pérez Rubalcaba hace un llamamiento a los "amigos", o sea a todos aquellos votantes cabreados con el PSOE, profundamente decepcionados por la gestión de Zapatero, hartos de tanta improvisación, frivolidad y falta de consistencia en tantos dirigentes socialistas. Pero Rubalcaba se ha remangado y ha dicho que entiende la decepción, pero que hay que ir a votar porque si no ganan los otros, como si a estas alturas lo de los "otros" fuera un argumento.

    El llamamiento a los amigos no deja de tener su aquel. A los amigos se les puede perdonar muchas cosas, pero no la deslealtad, no que te vuelvan la espalda cuando discrepas, no que te dejen sin empleo, o que gestionen la cosa pública con gran frivolidad creando problemas donde no los había. Zapatero nos va a dejar de regalo una Cataluña incomoda con el resto de España, y el Estado autonómico abierto en canal.

    A los amigos se les puede perdonar muchas cosas, pero no todo, y me temo que a estas alturas muchos votantes socialistas no se van a asustar por el grito de "vienen los otros", o sea los del PP, del que, naturalmente, los votantes socialistas decepcionados y cabreados no esperan nada, o en todo caso esperan mucho menos que del PSOE. En todo caso, la gente de "¡Democracia Real, Ya!" se han colado en la agenda política irrumpiendo en plena campaña electoral, y desconcertando a todos. Lo escribía ayer y lo escribo hoy, a nuestros políticos les hace falta pisar más la calle.

   

   
 
  
 
 
 
   
 
   
 
  
 
   
 
 
  
 
  
 
 
 
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