Pobres municipios pobres
Se ha extinguido la figura patriarcal y caciquil de la época de Romanones, incluso la del alcalde profesional, paternalista y frecuentemente conservador.
Acostumbrados a adornar telediarios por récords de bajas temperaturas nocturnas, teles y periódicos no han encontrado en todo el Señorío aspirante alguno a repetir como alcalde entre quienes ya lo eran cuando el franquismo de verdad. Se ha extinguido la figura patriarcal y caciquil de la época de Romanones, incluso la del alcalde profesional, paternalista y frecuentemente conservador.
Hay entre los aspirantes algunos jubilados que no se resisten a hacer “por mi pueblo, lo que sea”, empezando por arreglar su calle o el camino a su nave. Y algún tránsfuga. Pero pocas candidaturas de partidos nuevos. Ciudadanos, penúltimo en apostar por la España vacía o vaciada, solo se ha presentado en Molina y Selas. El partido de Montero- Iglesias o viceversa mantiene el tipo bajo denominaciones elaboradas. Ahora abunda el perfil de incluso menores de 40 años y alto predominio de mujeres. Más que candidaturas municipales parecen comisiones de fiestas.
La cultura viejuna ha desaparecido de las ofertas para gobernar ayuntamientos. Sin formación política y experiencia, a base de improvisación y ocurrencias, no es necesariamente lo adecuado y lo mejor. Sobre todo en municipios pobres, la mayoría, y sin caja (salvo quizá Maranchón y Tartanedo) para pagar un empleado y un secretario municipal. Pese a que el Estado abona un tercio del presupuesto, y a la caridad de las diputaciones financiada con impuestos de todos los españoles. Son presupuestos de risa, deuda acumulada y creciente. Y la administración autonómica, con capital a 300 kilómetros en Toledo, mirando para otro lado, dilatando o hurtando inversiones y servicios en ayuntamientos de distinto color político.
Como en la generales, importa poco lo que se vote en un país de 47 millones de habitantes, en crisis permanente e irremediable, con avisos de catástrofe, a cuenta de que hay 2,2 millones que votan al nacionalismo catalán o vasco. En las europeas irán a lo suyo, a seguir con el desafío de separarse del Estado democrático al que pertenecen.
El 26-M se votará ejecutivo autonómico sin saber cómo quiere gobernar Sánchez en Moncloa. Page seguramente vino a Barbatona a insinuarse, rezar a la Virgen y recibir la bendición de monseñor Atilano. Quizá le hagan falta las del Papa y el nuevo arzobispo ‘indepe’ nombrado a tono en Tarraco, cuna de mártires por la fe. Pobres.