Poco negocio y mucha desconfianza

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

El comentario
CARMEN TOMÁS Periodista
L os inversores no ven clara la evolución de la economía española. La tendencia bajista que prevén la mayoría de los analistas persiste como una losa sobre la bolsa española. La semana ha sido de máxima volatilidad, aunque al final el IBEX logró cerrar por encima de los 9.400 puntos. Los informes conocidos, tanto el del FMI como el de la OCDE, prevén para España bajo crecimiento y más paro.
También las previsiones del Gobierno apuntan en esa dirección. De hecho, el viernes el consejo de ministros aprobó el llamado techo de gasto y el nuevo cuadro macroeconómico y los tiros van por ese camino. Se han revisado las previsiones de crecimiento del PIB. La estimación para este año es de una caída de tres décimas y rebaja en cinco décimas para 2011 y en cuatro para 2012 y 2013. El paro seguirá en cifras insoportables y el gasto se recorta en un 7 por ciento sobre el presupuesto de este año.
En principio, parecen unas previsiones optimistas tanto de gasto como de crecimiento. Ya no digamos de los ingresos. La austeridad no parece la nota predominante, a pesar del decreto de recorte del gasto. Nadie tiene ninguna duda de que vendrán más recortes y más impuestos para poder llegar a las cifras de déficit exigidas por Europa. El PP ya ha dicho que es claramente insuficiente el recorte del gasto proyectado. Sin duda, los apoyos parlamentarios se le complicarán al Gobierno y más si sigue sin hacer bien los deberes y continúa haciendo previsiones alejadas de la realidad y bastante al margen de la de los expertos nacionales e internacionales. Los mercados valorarán la próxima semana la rebaja de la calificación de la deuda realizada por la agencia Fitch. Ya sólo una mantiene la triple A. Veremos cómo el lunes acogen los mercados esta nueva rebaja del rating de la deuda de España y valoran las razones que han llevado a esta agencia de calificación de riesgos una más difícil, prolongada y lenta recuperación que tiene que ver con un mercado laboral inflexible y un endeudamiento privado del 178 por ciento del PIB. De momento, Zapatero mantiene el balón de oxigeno que le ha proporcionado CIU al abstenerse en la votación del decretazo, pero le quedan muchas cosas por hacer, por ejemplo, la reforma del mercado laboral, de las pensiones, del mercado energético, y otras muchas que no parece dispuesto. De esta forma, el esfuerzo de los colectivos ahora castigados puede ser inútil y nuestro país no recuperar la confianza que necesita.