Poder en la sombra
16/09/2011 - 13:56
España tiene más de cuatro millones de parados y este drama, que coloca a las puertas de la exclusión social a cientos de miles de ciudadanos a quienes sus familias ya no pueden ayudar, tiene escaso reflejo en la campaña electoral del candidato socialista.
A dos meses vista de la cita con las urnas del 20-N, Pérez Rubalcaba habla poco del problema. Ha preferido desviar el foco desempolvando el Impuesto de Patrimonio, una tasa que hace tres años suprimió el Ejecutivo del que formaba parte por considerarla injusta ya que grava dos veces el mismo bien. La propuesta del candidato ha sorprendido a quienes confiaban hallar menos demagogia y más inteligencia en sus compromisos electorales.
Está claro que surge de la desesperación de quien, conociendo los resultados de las encuestas, observa el hundimiento de las expectativas electorales del PSOE y aspira a reclutar votantes entre los sectores situados a la izquierda de la izquierda. En España, los "ricos" tienen mala prensa. Amén de la tradicional envidia, en un país en el que tanta gente lo está pasando mal, el rencor de clase es algo más que un rescoldo. Si concluimos que Rubalcaba más que por el techo del PSOE lo que persigue es que no se hunda su suelo electoral, ya tenemos el cuadro sociológico de supuestos votantes capaces de aplaudir el mencionado impuesto.
"¡Qué se fastidien! los ricos", debe haber dicho alguno de los miembros del equipo de campaña del candidato -olvidando el "pequeño" detalle de que en nuestro país los dueños de fortunas verdaderamente copiosas se zafan del Impuesto de Patrimonio mediante la llamada "exención de la empresa familiar" o colocando sus dineros en una Sicav o, como hemos conocido estos días en el caso de una gran multinacional dedicada a la industria textil, tienen su domicilio fiscal en Irlanda, donde tributa muy por debajo de lo que le correspondería en España. ¿Por qué Rubalcaba no lleva en su programa electoral una propuesta para acabar con estos coladeros? Serían miles de millones de euros para Hacienda... Pues porque se echaría encima a los plutócratas del país, el restringido club de financieros, grandes empresarios y constructores que son el verdadero poder en la sombra.
Con ellos no se atreve. Por eso se mete con las clases medias, porque sabe que su capacidad de reacción frente al Gobierno es muy limitado. Olvida, claro está, que aunque sólo sea una vez cada cuatro años la gente suele hablar alto el día de las elecciones. Ese día, el poder lo tiene la gente, no las sombras.