Por favor, cambiad el mundo
Acabad, por favor, con esta sociedad enferma, sin valores, que tiene sus objetivos en el consumo o en la supervivencia individual y no en la solidaridad y la equidad. Hay millones de parados, muchos de ellos jóvenes, que posiblemente nunca encuentren un trabajo. Hay que cambiar esa dinámica terrorífica. Hay que salir de la crisis para no volver a entrar en ella. Hay que acabar con el despilfarro público y privado porque es una ofensa al sentido común. Hay que dar educación a todos, para que todos tengan oportunidades y no aumenten las distancias entre ricos y pobres.
Tenéis que cambiar la forma de hacer política, de gobernar, para que la honradez y el servicio a los ciudadanos sean los ejes de una de las actividades más nobles que puede ejercer un ciudadano. Esa regeneración difícilmente la pueden llevar a cabo los actuales políticos, muchos de los cuales han puesto siempre el interés partidista por encima del general. No hay que crear un partido nuevo, y menos de carácter confesional, sino cambiar los actuales. Tenéis que participar, no dejar que hablen en vuestro nombre. Tenéis que levantar la voz limpia del cristianismo, de Jesús.
Acabad con una sociedad que es prisionera del miedo y que no sabe cómo afrontar la crisis que vive. Os dejamos un mundo maravilloso y terrible. Si los políticos no son capaces de encontrar soluciones que nos saquen de la crisis, vosotros tenéis que buscarlas. Podéis.
Tenéis que acabar con el hambre, con el terrorismo y con las dictaduras. No podéis permanecer impasibles ante las tragedias de los países donde miles de niños mueren de hambre cada día, y las de todos aquellos donde la libertad y los derechos humanos son bienes prohibidos. La vida es el valor supremo. Este mundo, creado por Dios, no puede ser un mal sitio para vivir y mucho menos un lugar en el que unos pocos acumulen todo y la mayoría no tenga casi nada. Contra ese mundo radicalmente injusto que hemos creados los hombres, os tenéis que levantar. ¡Ya!