¿Por qué ataca un animal repentinamente?

04/08/2011 - 00:00 José Vicente Cobo

 
  En base a la ley de siembra y cosecha, cuando en el hombre una causa llega a manifestarse, un animal lo olfatea antes de que el hombre lo note. Por lo tanto de forma correspondiente se comporta el prójimo animal, es decir, da señales que hasta la fecha eran ajenas a su forma de ser o ataca al hombre, por ejemplo si éste lo ha maltratado en una encarnación anterior o en esta existencia terrenal. Entonces puede ocurrir lo siguiente: el animal ha sido hasta ese momento siempre un buen amigo; súbitamente modifica su comportamiento y al hombre le parece que es caprichoso.

   El hombre ignorante le pega y lo castiga. En realidad, el prójimo animal ha olfateado del efecto aquello que le concernía a él, lo que fue generado entre el hombre y el prójimo animal en una encarnación anterior o en esta vida. Si el hombre solo da órdenes al animal, éste se convertirá en un receptor de órdenes, por lo que no tendrá la posibilidad de comunicarse con su hermano mayor, el hombre. De esta forma el prójimo animal se retira internamente, a pesar de cumplir como animal lo que el hombre le exige. Con el tiempo, a raíz de esta relación desigual, surgen tensiones entre el hombre y el animal. Si el prójimo animal no puede vivir sus predisposiciones naturales, esto le provocará discrepancias que se acumularán en el alma parcial del animal y que se descargarán en un momento dado cuando los hombres lo enfrenten con agresiones, le provoquen miedo o lo acorralen de algún modo.

   Si este atasco permanece en el alma parcial, puede ocurrir en una siguiente encarnación aquello que se ha mencionado brevemente: el animal ataca repentinamente. Quien se ocupa en única instancia de si mismo, de su ego humano inferior, suele opinar que todos deberían obedecerle. Estas personas sufren una deformación y también deforman al animal, lo que impide una comunicación entre el hombre y el animal. Aquel que ha obligado a un animal a hacer algo en contra de su voluntad, como por ejemplo a acosar, cazar y matar a otros animales, o aquel que ha encadenado a animales, actúa en contra de la ley de la naturaleza y sobre él recaerá aquello que ha causado. Tales formas de comportamiento y otras similares son registradas tanto en los astros materiales como también en la crónica atmosférica. Del Libro: Tú el animal. Tú el hombre. ¿Quién tiene valores más elevados?”