Presunción de culpabilidad

03/07/2011 - 17:59 Francisco Muro de Iscar

 
Dominic Strauss-Kahn, el ex director del Fondo Monetario Internacional, ha sido puesto en libertad sin fianza por las dudas e incoherencias de las declaraciones de la mujer que le acusaba de intento de violación en un hotel de Nueva York. Aunque el juez mantiene los cargos y Strauss-Kahn tendrá que volver a comparecer el 18 de julio, el caso podría terminar sin juicio y sin acusación. Pero nadie podrá olvidar nunca las imágenes del político esposado, casi derrotado ante el tribunal, encarcelado y sometido después a arresto domiciliario. Y, seguramente, nunca nadie creerá su versión, aunque sea verdad. O no. La sospecha estará vinculada a su persona para toda la vida y su carrera política -era uno de los candidatos con más posibilidades de ganar las primarias socialistas para buscar al rival de Sarkozy- se ha truncado ha sido seriamente dañada. No me gusta nada el personaje ni su prepotencia ni sus viejas historias. Pero Strauss-Kahn, que tenía, que tiene derecho a la presunción de inocencia, fue considerado culpable por la policía y la justicia de Nueva York, por los periódicos y las televisiones de todos los países y, pase lo que pase, cuando menos seguirá siendo sospechoso aunque nunca la justicia le condene. El daño es irreparable. La Justicia española investiga a la cúpula de la SGAE por supuesta apropiación indebida y su presidente Eduardo Teddy Bautista, también ha sido condenado ya por la mayor parte de los medios de comunicación sin esperar a que los tribunales digan su última palabra. Tal vez los que han denunciado las manipulaciones de la SGAE tengan razón. O no. Debe investigarlo y decirlo la Justicia. He oído muchas quejas y pocos personajes gozan de tantos enemigos como Teddy Bautista. Me parece prepotente, soberbio y con un poder sin control. Lo parecía, al menos. Pero tiene derecho a la presunción de inocencia. No hace mucho algunos políticos españoles fueron llevados ante el juez por otro supuesto delito y las cámaras de televisión pudieron grabar su entrada llevando en bolsas de basura sus pertenencias personales. Fue un espectáculo vergonzoso. La cantante Isabel Pantoja fue detenida en su día con nocturnidad y alevosía y los medios de comunicación avisados previamente. Otra vergüenza. De los juzgados y de los jueces han salido en ocasiones informaciones que debían estar bajo secreto del sumario y hasta sentencias que aún no se habían firmado por sus correspondientes magistrados. No se tiene noticia de que se haya investigado o de que se haya encontrado y sancionado a los culpables. Más vergüenza. Todos los personajes de este artículo han sido considerados culpables por la sociedad. Ninguno ha tenido la presunción de inocencia que nuestra Constitución fija como sagrada. Y ese es un descrédito de fondo del estado de la Justicia en España o, en el caso de Strauss-Kahn, de la de Estados Unidos. Aquella me preocupa relativamente. Nuestro descrédito y la insensibilidad de la mayoría de los medios de comunicación españoles ante un asunto tan capital, me parece un asunto de enorme gravedad.