Procesos de degradación (II) (Lo que se escucha en la calle ante las elecciones) xxxxxxxxxxxxxxxxxx
01/10/2010 - 09:45
EL COMENTARIO
JOSÉ RAMÓN LÓPEZ DE LOS MOZOS - Etnólogo
Es evidente que, a las alturas en que nos encontramos, no podemos perder ni un solo minuto de nuestro precioso tiempo. Los periódicos, la Prensa en general, sean del color que sean, tienen sus consignas y siguen su ideario, por eso, ya puede equivocarse el político de su color, que nunca saldrá mal parado, con lo que se cae, por parte del periodista que trate la noticia y del periódico que la publique, en una falta a la ética profesional y, si además se distorsiona, en una especie de falsificación de los datos que contribuye a que el lector se engañe.
¡Por favor!, ya es tiempo de volver a la seriedad, a establecer entre todos unas normas de sanidad mental y moral y, luego, ya hablaremos.
Pero ya digo, que sirvan para todos y que sean cumplidas por todos, en igualdad, que si es de día en Madrid y son las once de la mañana, sea evidente reconocerlo, y que no se trate por todos los medios de decir que es de noche y las siete.
Esto le sienta muy mal al hombre de la calle y por eso piensa que se le está tomando el pelo, que se le está considerando un imbécil, opuesto, por lo tanto, al listo de turno (que para el hombre de la calle suele ser el verdaderamente memo).
Desde hace ya algún tiempo se ha perdido el norte y se confunde la realidad social en la que estamos viviendo. La Prensa, en algunos casos, afortunadamente no en su mayoría, ha contribuido a que esto sea así y a que ella misma se haya convertido en el mentidero del oportunista.
Insisto, hemos perdido el rumbo, si, y hoy, quien tiene la obligación de comunicar la noticia del día, la juzga y la analiza por su cuenta, olvidándose de la noticia y convirtiéndose en su protagonista.
Esto de que el propio periodista se convierta en noticia, sin que nadie le diga nada, está a la orden del día, como si la noticia fuese su opinión única y exclusiva.
Lo que no deja de ser una forma más de autosatisfacción del ego.
¿ No ha observado quien estas líneas lea que, por ejemplo, en la radio y, más aún en la televisión (donde se ve al entrevistador), la pregunta que se hace es inmensamente más amplia en su contenido que lo que generalmente contesta el entrevistado y que, incluso se le conduce a que diga lo que el entrevistador quiere que diga?
Es algo sintomático. Pero una pena.
Pero ya digo, que sirvan para todos y que sean cumplidas por todos, en igualdad, que si es de día en Madrid y son las once de la mañana, sea evidente reconocerlo, y que no se trate por todos los medios de decir que es de noche y las siete.
Esto le sienta muy mal al hombre de la calle y por eso piensa que se le está tomando el pelo, que se le está considerando un imbécil, opuesto, por lo tanto, al listo de turno (que para el hombre de la calle suele ser el verdaderamente memo).
Desde hace ya algún tiempo se ha perdido el norte y se confunde la realidad social en la que estamos viviendo. La Prensa, en algunos casos, afortunadamente no en su mayoría, ha contribuido a que esto sea así y a que ella misma se haya convertido en el mentidero del oportunista.
Insisto, hemos perdido el rumbo, si, y hoy, quien tiene la obligación de comunicar la noticia del día, la juzga y la analiza por su cuenta, olvidándose de la noticia y convirtiéndose en su protagonista.
Esto de que el propio periodista se convierta en noticia, sin que nadie le diga nada, está a la orden del día, como si la noticia fuese su opinión única y exclusiva.
Lo que no deja de ser una forma más de autosatisfacción del ego.
¿ No ha observado quien estas líneas lea que, por ejemplo, en la radio y, más aún en la televisión (donde se ve al entrevistador), la pregunta que se hace es inmensamente más amplia en su contenido que lo que generalmente contesta el entrevistado y que, incluso se le conduce a que diga lo que el entrevistador quiere que diga?
Es algo sintomático. Pero una pena.