Provincia esperanzadora

29/04/2019 - 13:20 Luis Monje

Por lo pronto, Guadalajara tiene ahora casi 5.000 habitantes más que hace sesenta años.

La provincia que perdió la mitad de sus habitantes en la masiva emigración del mundo rural a la ciudad a  mediados del siglo XX, que pareció más éxodo, desbandada o estampida que emigración y que nos dejó ciento sesenta pueblos con menos de cien habitantes y otros sesenta que no llegan ni a cincuenta, y varios con menos de diez, bien podría decirse, que era una provincia condenada a su desaparición si no fuera porque algunos pueblos mejor comunicados han iniciado una tímida recuperación y varios, incluso, han superado los habitantes que antes tenían, por lo que la proximidad a Madrid y la existencia del corredor del Henares con su explosión industrial, que concentra una densidad demográfica que contrasta con la desertización de otras zonas que no llegan ni a dos habitantes por km2, por debajo del índice de la Siberia rusa, son datos que permiten abrigar la esperanza de un futuro más prometedor para Guadalajara que el de las últimas décadas. Por lo pronto, Guadalajara tiene ahora casi 5.000 habitantes más que hace sesenta años, y con carreteras de inmejorable pavimento, la ampliación de Internet, aunque la mayoría de los pueblos han decrecido e incluso alguna de las cabezas de partido, reducidas ahora a cabezas de comarca, por ejemplo, descendieron Cogolludo de 852 habitantes a 549, Pastrana, de 2.943 a 873, Atienza de 1.564 a 431, Sacedón de 2.503 a 1.519; Sigüenza, de 4.615 a 4.356, aunque no se si en ese intervalo se le sumaron 29 pedanías que no reunían ni 500 habitantes. Crecieron casi todos los de la carretera general excepto Gajanejos, Torremocha  Algora y Alcolea del Pinar y del ferrocarril, excepto Jadraque, Matillas y Sigüenza; una Sanidad con varios helipuertos por la provincia, y una incipiente industrialización con modestos polígonos a lo largo de la vía férrea y de la autopista del Nordeste que cruzan de Sur a Norte la altiplanicie alcarreña, son indicios, con el cambio de mentalidad que se observa en la nueva generación de campesinos, de que Guadalajara nunca llegará a  ser una provincia vacía, sin contar con las enormes posibilidades turísticas que ofrecen a los varios millones de madrileños, los cuatro dosmiles en un radio de 15 kms, (lindando con Madrid y Segovia), los campos de lavandas de Brihuega, las numerosas veguillas alcarreñas con sus laderas tapizadas de olorosas labiadas silvestres (tomillo, romero, salvia, espliego, mejorana, etc,) que han ganado para nuestra tierra el justo sobrenombre de ‘Alcarria Perfumada’.