Proyecto Hombre

Veinticinco años de programas, de trabajo, de lucha, de superación diaria han hecho a Proyecto Hombre una referencia a nivel nacional en la recuperación de personas adictas a la droga o al alcohol. Desde la comunidad terapéutica de Castillejos y desde un piso en Guadalajara grandes profesionales, que aúnan humanidad, conocimientos y experiencia, trabajan con internos que quieren salir de ese pozo profundo en el que nos hunden las adicciones, rehabilitarse, volver a ser ellos mismos y reintegrarse en la sociedad. No debe ser fácil tener la valentía de afrontar el problema y buscar la solución ni tampoco llegar al final del camino con éxito. Sin embargo, Solidaridad del Henares- Proyecto Hombre, a tenor de las cifras, lo consigue en la mayor parte de las ocasiones. Las técnicas funcionan con una mayoría de pacientes y hacen que la labor que desempeña el grupo de trabajo que dirige Modesto Salgado, la cara visible de este proyecto desde sus inicios en Guadalajara, lugar clave y estratégico en toda España, sea encomiable, digna de recibir el apoyo económico que precise y de recibir el agradecimiento de toda la sociedad. El sábado se celebraron esas bodas de plata y fueron variados los políticos, de distintas administraciones, que se acercaron a ver cómo trabajan, felicitarles y en nombre de los ciudadanos a los que nos representan mostrarles ese reconocimiento que les dispensamos. Desde el principio, aquella iniciativa que impulsaron en nuestra provincia el entonces presidente regional, José Bono, y el obispo, José Sánchez, un hombre de gran sensibilidad social como demostró también en el tema de los refugiados y la inmigración, ha sido respaldada, como no podía ser de otra manera, por los diferentes gobiernos. Nueva Alcarria, en dos ocasiones, la última este mismo año 2017, ha premiado la labor social de Proyecto Hombre con un Popular y hoy les reitera su consideración. En estos días también celebró su aniversario ACCEM, que con Braulio Carles, realiza igualmente una función de integración de quienes más lo precisan, en este caso extranjeros abocados a no poder vivir en su país. Ambas instituciones tienen en común que nadie olvide la dignidad de todo ser humano con independencia de sus circunstancias. Hacen posible una sociedad más igualitaria y justa.