¡Que viene el lobo...!
27/08/2012 - 00:00
El lobo (canis lupus) es uno de los más bellos ejemplares de la Naturaleza. Originario de Eurasia y de América del Norte, su presencia en esta vida o muerte viene jalonada por exageradas leyendas. Desde que el lobo es lobo y el hombre es hombre, o lo que sea, ha sido perseguido hasta la extenuación. Hasta la muerte. En esta piel de toro, partidas de paisanos y campesinos han hecho batidas nocturnas hasta matar a este bello can que es menos fiero de lo que lo pintan, y si no, que se lo digan a Rodríguez de Lafuente, que está en los cielos. Bueno, pues si no fuera bastante con la campaña sanguinaria que lleva a sus espaldas, los norteamericanos -ante la crisis económica- han decidido reemplazar a los guardianes de una prisión de Luisiana, conocida como La Alcatraz del Sur, por perros lobos que patrullan centímetro a centímetro el recinto carcelario. ¡Lo que faltaba!
Y usted se pregunta,
¿quién incita o prepara para el ataque a estos bellos ejemplares, cuyo aullido -según las leyendas, seguimos- presagia la muerte de un miembro de tu familia o vecino? La respuesta es obvia. Como amante de los animales que soy, varios y libros y programas de TVE lo avalan, además de mi larga página en las Cortes, diré que -ante la clasificación de razas peligrosas- conocí a un rottweiler que era un santo varón, o a un dogo argentino que, por su aspecto, iba a ingresar en convento de benedictinos. Pero a lo que íbamos: hay una cruzada contra el lobo. Ayer, hoy y siempre. ¿Que caza gallinas, corderos
? Sí, tristemente; pero es para sobrevivir. ¿Y los carniceros humanos, yo el primero, qué hacemos? Me avergüenzo. Para darnos un festín con la tradición del asado. Porca miseria aunque sepa rica.
Luego tenemos en música y letra El hombre lobo, en París, ¡auu
!
También el lobo en Galicia, en versión moderna, que es tanto como avisar que vienen las meigas. ¡La maruxa, que viene la maruxa! Entonces se activaba el percusor, a tiro, pum.
Me quedo, en fin, con el buen corazón de este animal que, en ocasiones, ha salvado la vida al hombre ante los desprendimientos de un alud. No se olvide: el canis lupu, según renombrados biólogos, es el antepasado de nuestros perros domésticos; en cursi, mascotas. Y me quedo, por supuesto, con la obra de Prokófiev Pedro y el lobo. Y con Caperucita y el lobo. Y con El pastorcillo valiente, que viene el lobo
Y, cómo no, con Hermano lobo, aquella revista satírica que daba dentelladas de humor al antiguo régimen.
Dejemos en paz a este ser inigualable de la fauna ibérica. Que no ataca al hombre si no se siente amenazado. Al contrario, los cepos y los lazos de acero delatan al sanguinario ser que, por méritos propios, se erige en el mayor enemigo del universo.