
Radiales
Dicen que los Reyes Magos junto al oro, incienso y mirra llevan carbón a mano para pequeños y mayores que no han sido buenos.
Dicen que los niños siempre vienen al mundo con un pan debajo del brazo. Y que los Reyes Magos junto al oro, incienso y mirra, llevan carbón a mano para pequeños y mayores que no han sido buenos. Necesitarían toneladas si tuvieran que premiar a los sufridos políticos y asociados que cada año nos obsequian con regalitos no solicitados.
Uno de los presentes estrella de este año para todos los contribuyentes será un pufo de 5.500 millones del ala, a unos 122 euros por españolito, incluidos los niños de pecho, proveniente de la quiebra de las autopistas radiales de peaje. De una u otra manera deberá asumirlos el Estado. Sin investigación, sin responsabilidades, sin culpables y sin lecciones aprendidas.
El lote incluye a nuestra R-2, que une Madrid con Guadalajara. Fue la primera que se inauguró en 2003 con una solemnidad casi pornográfica. Se calculó que circularían unos 21 coches por minuto pero sólo lo hacen cuatro. Ha dejado un agujero de 450 millones.
Las causas suenan a antiguo. Las constructoras contrajeron riesgos porque contaban con el aval de la Administración, las expropiaciones se dispararon de precio sin que nadie lo previera y el tráfico es el 20% de lo anunciado. El truco se llama Responsabilidad Patrimonial de la Administración, una cláusula milagrosa que cuando el negocio no sale como se esperaba, permite a esas grandes empresas o a sus bancos acreedores, cobrar del dinero público. Si les sale bien, claro, no comparten ni un céntimo.
Mientras, sigue el estado calamitoso de algunas carreteras en el Señorío y toda la provincia. Y en suspenso la promesa de Barreda, famoso por sus incendios y su proyecto de autovía “vertebradora” sobre la carretera N-211 de Alcolea a Monreal del Campo. Seguro que tendría más tránsito que la radial quebrada y más éxito que los proyectados hospitales, hoy a medio hacer, y aeropuertos en los que solo vuelan abejarucos, abubillas, buitres, cernícalos y otras especies de la extensa fauna de Castilla-la Mancha.
El colega seguntino Javier del Castillo cree que no acabará el año en la provincia sin algún otro regalo inesperado y no pedido por parte de quienes nos administran. “Seguro que seguirán inundando los pueblos de farolas LED para alumbrar la soledad, en lugar de zonas y cuentas más oscuras y necesitadas de luz”, aventura.