Rajoy en...territorio hostil
Rajoy ha hablado, lo cual no es ninguna novedad, aunque para algunos si lo sea. Tal vez lo novedoso es que ha elegido el periódico amigo de sus adversarios y especialmente de Rubalcaba, para soltar unas cuantas pinceladas de lo que sería su programa de gobierno si finalmente, consigue llegar a la Moncloa. Ha dicho que él avalaría el plan Cameron -el mayor tijeretazo al estado de bienestar que se ha dado en el Reino Unido desde la II Guerra Mundial- aunque ¡claro! España no es Gran Bretaña y él aquí, según dice, no hubiera suprimido 500.000 empleos públicos, como piensan hacer allí. Lo suyo es poner encima de la mesa un plan con cinco o seis cuestiones de gran calado , hacerlo a ser posible por consenso y haciendo participes a los españoles a sabiendas que ha llegado la hora de los sacrificios. ¡ toma ya ¡
Rajoy ha hablado y ha dicho algo que ya había repetido hasta la saciedad aunque sus adversarios insisten machaconamente en que nunca dice nada, como eficaz estrategia de desgaste. Afirma que él jamás hubiera congelado las pensiones, que es necesario cumplir la ley de estabilidad presupuestaria y controlar el techo de gasto de endeudamiento, que hay que aumentar el periodo para el cálculo de la jubilación y que no está escrito en ningún sitio que por bajar los impuestos vayan a aumentar los ingresos públicos.
No hay nada en su mensaje que no se haya dicho una y cien veces en las sesiones del Parlamento, ni tampoco su discurso de ahora difiere en nada al que su partido ha mantenido siempre en la lucha contra el terrorismo. Insiste en que lo único que importa es un comunicado de ETA anunciando su final y no una apariencia de final, que la única manera de que Batasuna se presente a las elecciones sería con la condición de que ETA se disuelva y que la organización terrorista tiene menos apoyo social que otros momentos de su sangrienta historia. Nada nuevo ni tampoco diferente, como tampoco es nueva su posición respecto a Camps o la repugnancia que le produce la corrupción en política.
No hay nada que no haya dicho hasta ahora, como que si gana las elecciones reformara la ley del aborto que, en su opinión, no protege el derecho a la vida o que la ley del matrimonio homosexual no es constitucional y no se compromete a mantenerla. Las periodistas le hemos oído muchas veces esta reflexión en público y en privado, pero ha sido ahora, precisamente ahora, cuando ha hecho las declaraciones al periódico amigo del todopoderoso Rubalcaba, cuando algunos colectivos han puesto el acento en las mismas y aprovechando la cercanía electoral de las catalanas le han llamado de todo y por su orden: homófono, facha. reaccionario y otras lindezas por el estilo.
Rajoy ha hablado y no ha dicho nada nuevo, pero cualquier cosa que diga o haga de aquí a las elecciones- con Rubalcaba al mando y Zapatero oculto- se le volverá en contra, especialmente entre los colectivos más complacientes y domesticados por el gobierno y mientras las encuestas le sigan dando ganador por mayoría absoluta. Hay tres consignas claras que el PSOE repetirá hasta la saciedad en lo que queda de legislatura y como una especie de mantra en distintas versiones: que Rajoy es un vago, que con él vuelve la derecha cavernícola y por eso no quiere enseñar sus cartas y que no tiene un equipo consistente para asumir las responsabilidades de gobierno.
Se dirá de una manera u otra, poniendo el acento en que se ha echado a dormir o en que se limita a esperar ver el cadáver de su enemigo pasar sin inmutarse, pero ese es el argumentario con el que piensan debilitarle electoralmente. Rajoy ha hablado y algunos le hubieran preferido mudo o haciendo la entrevista en un periódico ideológicamente más afín para poder tacharle de sectario, pero lo ha hecho en territorio hostil, con un tono amable respetuoso y moderado y ¡evidentemente¡ eso incomoda a quienes solo entienden la política en el fragor de la batalla, escrita a brochazos y a poder ser con dóberman incluido.
. . ..