Rajoy, tuvo que ser en Berlín

12/04/2011 - 00:00 Carlos Carnicero

 
Me he levantado temprano y me he frotado los ojos ante la lectura de los periódicos. "Rajoy ofrece en Berlín (en su entrevista con Ángela Merkel) la mejor visión de la economía española". El presidente del PP afirma que España "no tiene riesgo de rescate y que José Luis Rodríguez Zapatero va en la buena dirección". He mirado el calendario mientras tomaba el primer café: no, no es 28 de diciembre, no son los santos inocentes. ¿Cómo se ha producido el milagro de que Rajoy hable bien del Gobierno socialista, diga que está en el buen camino y además afirme que él profundizará en las reformas del Gobierno socialista? Estos hechos evidencian el poder de Alemania en la Unión Europea por encima de cualquier otra cosa. Delante de Ángela Merkel, a Rajoy le tiemblan las piernas como a todos y no se ha atrevido a seguir con la matraca de que las reformas son un disparate y que Zapatero lleva el país a la ruina.
    Lo más preocupante es que a la hora de que el líder del PP se examina con la señora Merkel, tiene por primera vez el atisbo de honradez de afirmar que él hará reformas más profundas.
  No ha explicado cuales, pero ha sacado la patita de su programa oculto. Quien le haya creído que con él se acabaron los ajustes, ya tiene una visión clara de lo que Rajoy ha dicho en Alemania. ¡Con Alemania no se juega¡ No logro entender el empeño del PP de hacer una campaña en negativo que siempre tiene más riesgos que una campaña expositiva de su programa electoral.
   No acabo de entender en qué le benefician los imputados en las listas electorales ni el riesgo de que Francisco Camps se siente en el banquillo en medio de la campaña electoral. Ojalá la visita de Mariano Rajoy a Alemania fuera el primer acto de un cambio de actitud en el que no sea necesaria la presencia física de la canciller de Alemania para que Rajoy aflore un mínimo de patriotismo.