Razón de Estado

15/11/2010 - 00:00 Julia Navarro

Salvando todos los matices que se quiera, a José Luis Rodríguez Zapatero le está pasando con el conflicto del Sáhara lo mismo que a José María Aznar con el de Iraq. Aznar estaba convencido que la "razón de Estado", la mejor manera de defender los intereses de España, era alineándose con Estados Unidos en su nefasta guerra contra Iraq. Poco le importó a Aznar que miles de ciudadanos salieran a las calles de toda España a gritar en contra de esa guerra. Él estaba convencido de que hacía lo que tenía que hacer y permaneció impasible ante el sentir de la sociedad española. A Rodríguez Zapatero le pasa lo mismo con respecto al Sáhara, cree que la mejor manera de defender los intereses de España es alinearse con Marruecos. Y de la misma manera que Aznar aparecía con una actitud de subordinación a George Bush, Zapatero hace el mismo papel con Mohamed VI, ignorando que los ciudadanos españoles estamos mayoritariamente con los saharauis y el Frente Polisario. Claro que Zapatero tiene en su favor que el Sáhara no es un conflicto internacional, de manera que no hay manifestaciones en todo el mundo como ocurrió con la guerra de Iraq. También tiene a su favor que buena parte de la izquierda aún no ha querido personalizar en él la más que discutible política española respecto al conflicto saharaui. Pero el sentimiento de animadversión está ahí, latente. Zapatero ha hecho lo que ningún presidente se había atrevido a hacer que es alinearse sin complejos con Marruecos, sin importarle la política de ese país para con los saharauis que todos sabemos en qué consiste. Y lo tiene claro. La razón es la razón de Estado. Hay que ponerse a temblar cuando los políticos echan mano de las razones de Estado. Ahora mismo, estamos asistiendo a una nueva tragedia en el Sáhara. Estamos asistiendo al aplastamiento de los saharauis. Y estamos esquivando el asumir nuestra responsabilidad. Porque España tiene una responsabilidad para con el Sáhara. Entregamos el territorio a Marruecos con la condición de que se celebraría un referéndum. Pero Marruecos, simplemente, se ha anexionado el territorio ante la impavidez de la comunidad internacional. En España, los ciudadanos, ya digo que mayoritariamente, nos decantamos por las razones de los saharauis y nos sentimos ajenos a esas razones de Estado que Zapatero maneja para alinearse con Mohamed VI. Por si fuera poco, desde el Gobierno de Marruecos se insulta a los periodistas españoles sin que nuestro Gobierno mueva una ceja. Marruecos se está comportando como una dictadura, sin disimulos. No permite la libertad de circulación, ni la libertad de prensa y se ensaña especialmente con los periodistas españoles porque saben que a éste lado del Estrecho las simpatías están con los saharauis. Decía Pascal que hay razones que el corazón no entiende, y en lo que se refiere al conflicto del Sáhara, el corazón de los españoles no entiende las razones de Estado de Zapatero. Pero es que no lo entendemos ni con el corazón ni con la razón, porque el entreguismo a Marruecos es una confesión de debilidad, es un error. Desde luego que hay que mantener buenas relaciones con Marruecos que es nuestro más importante vecino en el sur, pero una cosa son las buenas relaciones y otra la subordinación a sus intereses, que no son, por mucho que se empeñe Zapatero, los nuestros .