Reacción rusa

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

La decisión del Kremlin de desplegar cohetes tácticos ‘Iskander’ en respuesta a la instalación del escudo antimisiles de Estados Unidos en Europa del Este, lo que abre un tácito pulso con Occidente que vuelve a remitir a los tiempos de la Guerra Fría, coincide con la victoria de Obama y su inminente llegada a la Casa Blanca.
Pero también confirma las inquietudes ante la emergencia en Moscú, a raíz de la crisis con Georgia, de un nacionalismo defensivo inclinado a endurecer su política exterior y realizar gestos de fuerza con la cortada de la defensa de sus intereses en el exterior. El anuncio del despliegue ha sido aprovechado por Dimitri Medvedev para iniciar un camino de reforma constitucional que le permita alargar su mandato de cuatro a seis años, lo que le confirmará como ‘alter ego’ de Obama en el Kremlin. Los movimientos de seguridad de EE UU junto a las fronteras rusas pueden ofrecer una justificación para el descontento del Gobierno de Moscú, pero éste debería renunciar a transformar su disconformidad en gestos expresos de beligerancia.