Recepción de alcaldes

Entre el bullicio de las fiestas tiene lugar un significativo y emotivo acto cada viernes de Ferias en la casa de todos los ayuntamientos de la provincia y como homenaje a su ediles, aquellos hombres y mujeres que dedican parte o la totalidad de su tiempo a resolver los problemas de sus localidades y convecinos. Muchos lo hacen sin cobrar un céntimo y la inmensa mayoría por vocación de ayuda a los demás o al menos a su pueblo para que allí no falten los servicios y las infraestructuras para vivir lo mejor posible. La Diputación, en muchos casos, es su paño de lágrimas, donde acuden en busca de esa petición o consejo para que las pequeñas cosas sigan funcionando. Las diputaciones son imprescindibles, “y si no existieran habría que inventarlas” como dijo la presidenta, Ana Guarinos, durante la celebración de los 200 años de esta administración, prevista en la Constitución de Cádiz, de 1812. Esta presidenta tiene en su haber, también, ser quien recuperó la fiesta en donde tiene que ser y no como sucedió  entre 2008 y 2010 cuando se desvirtuó al llevarla a Cifuentes, Pastrana y Azuqueca de Henares. La casa palacio, de la Plaza Moreno, muy bonita por cierto, es la sede oficial y el lugar en el que ha de celebrarse esta cita. Si la memoria no nos falla, en tiempos pasados, en aquellos en los que los invitados entraban a la recepción bajo mazas, con gran solemnidad y boato, las cosas de Francisco Tomey, no se hacía aquí. Tuvo lugar, por lo menos en alguna edición, en el complejo Príncipe Felipe. Lo peor, sin embargo, en el historial, fue  que,  por dimes y diretes, los alcaldes de un partido político en pleno no asistieron alguna vez a esta recepción en la que la ideología política ha de quedar al margen, porque gobierne quien gobierne en la casa blanca,  como alcaldes de nuestra extensa provincia hay personas de todos los partidos, incluso independientes y más de uno que ha ido en una lista porque esa formación era la única que se presentaba o por motivos no ideológicos. Esperemos que esta noche la recepción vuelva a ser un éxito y un reconocimiento a todos estos políticos a pie de calle que dignifican este oficio tan denostado por quienes están en las alturas. Pero hoy no toca hablar de eso.