Recuperar Bonaval

14/05/2016 - 19:28 Luis Monje Ciruelo

La Junta invertirá 200.000 euros para salvar de la rutina definitiva al monasterio de Bonaval.

Casi a la vez que supimos el propósito de la Junta de Comunidades de aplicar fondos europeos con preferencia a la Sierra Norte  y al Señorío de Molina  para salvarlos de la atonía y marasmo que padecen y que se refleja en su despoblación, con menos de dos habitantes por km2 , casi a la vez, digo, nos llegó la grata noticia de que la misma institución va a invertir 200.000 euros para salvar de la ruina definitiva el monasterio  de Bonaval, en plena Sierra Norte. Hará falta mucho más para recuperar su imagen, pero ya es sabido que “principio quieren las cosas” por lo que es de esperar que detrás vendrán nuevas cantidades atendiendo así el deseo y las peticiones de diversas  asociaciones culturales y ecologistas,  a las que siempre apoyé desde esta columna. Es de agradecer que las Instituciones se acuerden de las evocadoras ruinas de este monasterio perdido en la lejanía del Jarama medio, que fue sede de monjes benedictinos durante casi ocho siglos, hasta que la Desamortización les obligó a abandonarlo. Hoy Bonaval apenas ofrece la sugerente soledad de sus arruinados muros en medio de la lujuriante frondosidad de su entorno, desde hace tiempo libre de inundaciones gracias al embalse de El Vado. Aunque arquitectónicamente sólo puede mostrar ahora la portada, los muros exteriores y los que dividen las tres capillas del presbiterio aún se conservan las nervaduras de sus bóvedas Los techos están hundidos y en los escombros del interior cubiertos de matorrales, prosperan higueras y alguna parra silvestre. Un árbol ha crecido sobre la bóveda de una capilla y cinco gruesos troncos de hiedra trepan por el exterior del ábside, penetran por un ventanal del presbiterio y se extienden frondosos como  dosel de lo que fue el altar mayor. Con melancolía aparecen estas ruinas entre la boscosa vegetación del vallejo que desciende al Jarama desde Retiendas. El trayecto  muestra la espesura de robles, quejigos y carrascas hasta encontrarse  con la de los chopos, alisos, sauces y mimbreras de la hondonada del río, cuyo caudal corre manso y cantarino controlado por la presa de El Vado. Por suerte se abandonó la idea de un   embalse en Bonaval que hubiese inundado el monasterio y su atractivo paisaje. En Bonaval descansaba Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita, en sus frecuentes viajes a Segovia desde Hita y Alcalá por el puerto de Malangosto, en la ruta del monasterio de El Paular.