Reducción de horarios en la atención sanitaria

17/07/2012 - 00:00 Redacción


  La reforma prevista sigue adelante pese a las numerosas protestas de los profesionales del sector sanitario y el temor de los usuarios no solo ya a un empeoramiento en la calidad de la prestación del servicio, sino a la no ejecución de éste. En su plan de ahorro, el Sescam tiene claro que debe reducir los horarios de apertura al público de los llamados de Puntos de Atención Continuada- que deberían ahora cambiar esta denominación por ello-. La reestructura afectará ya en breve, según noticia de este martes, a seis PAC de la provincia de Guadalajara, en concreto a los ubicados en Hiendelaencina, Chiloeches, Tamajón, Budia, Almonacid de Zorita y Pobo de Dueñas.

  En la práctica significará que los que requieran atención médica no dispondrán del centro y sus profesionales durante todo el día a su disposición sino hasta las 15:00 horas o en el mejor de los casos hasta las 20:00 horas. La enfermedad, por desgracia, no conoce de horario y un cólico, un golpe de calor, una gastroenteritis severa o un infarto pueden ocurrir a cualquier hora del día. Si la dolencia pone en peligro la vida de la persona, también es cierto, enseguida se deriva al Hospital de Guadalajara. Pero son muchas las indisposiciones que se pueden resolver sin saturar el servicio de urgencias de la capital, aunque para ello también deberían estar mejor dotados en cuanto a equipamiento muchos de estos centros. Y no vamos a entrar a valorar el aspecto psicológico de personas enfermas crónicas que se sientan protegidas al saber que no hay médico al que acudir. 

  Esta medida poco ayuda al mundo rural, ni a fijar ni a mantener población, y supone un retroceso en los servicios que con el tiempo se han ido adquiriendo en una sociedad que debe acomodarse a las dificultades de una situación general en la que ya no es posible tenerlo todo, gratis y en cualquier momento. Los números son los que son y es de suponer que las medidas responden a una estrategia estudiada y no fruto de la improvisación. Una mala noticia, sin duda, aunque tal vez necesaria.