Removiendo la basura

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

EL COMENTARIO
NURIA FERNÁNDEZ. Periodista
No estamos cerca de las elecciones pero nuestros políticos se comportan en estos días como si los líderes de los partidos estuvieran haciendo cábalas para cumplimentar las listas electorales y todos anduvieran haciendo méritos para ser escogidos.
En época de comicios estamos más que acostumbrados a la fórmula del “y tú más” pero tengo que reconocer que en estos momentos me ha pillado con el pie cambiado tanta crítica. A mí, y creo que a los propios implicados, porque más de uno, de uno y otro partido, me estoy refiriendo al PP y al PSOE, ha salido muy escaldado después de intentar poner argumentos encima de la mesa para explicar su postura. Todo nació por el aumento en la tasa de basuras y al final, con datos, ha quedado demostrado que todos tienen mucho que callar y que… pagar.
La planta de tratamiento de basuras que comenzó a funcionar en octubre de 2004 ha sido desde su nacimiento una fuente de problemas sobre todo para Torija, problemas que el pueblo ha tenido que padecer y que la Junta de Comunidades ha intentado resolver porque no quedaba más remedio, porque por mucho que se quiera, los olores no pueden esconderse. Sólo un mes después de su inauguración el delegado de Medio Ambiente de Guadalajara reconocía que había malos olores y que era necesario solucionarlos, tan mal iban las cosas que en diciembre el PP pidió que se cerrase la planta temporalmente… pero las cosas siguieron igual hasta verano, cuando se consiguió cerrar la nave de fermentación e instalar unos biolfiltros que gastan la friolera de 6.000 euros al mes en luz, o sea que con este asunto llevamos gastados desde entonces casi 250.000 euros de forma extraordinaria en el recibo… Pero semejante obra, cuyo importe desconozco, no fue suficiente, y en octubre de 2008 tuvieron que cerrar otras dos zonas malolientes: la bolsa de lixiviados y la nave de afino donde se produce el compost. En total otro millón de euros que sumar a los doce que inicialmente desembolsaron las instituciones para poner en marcha el proyecto. Proyecto, que por cierto, sigue sin estar completo porque todavía faltan dos plantas de trasferencia y porque hay materiales que todavía no se reciclan.
Como se ve la planta de Torija tiene muchos gastos y también muchos problemas entre otros facturas sin pagar valoradas en casi un millón de euros por eso lo que menos necesita el Consorcio es que los ayuntamientos remuevan la basura si no que paguen y arrimen el hombro. Los residuos los generamos todos y los ayuntamientos están obligados a pagar sus facturas igual que lo hacemos los ciudadanos a través de los impuestos.