Ricos y políticos
08/09/2011 - 00:00
La obligación de los Diputados y Senadores de hacer públicos sus bienes nos ha servido para saber que Zapatero no tiene deudas, comparte con su mujer tres planes de pensiones, tiene una parcela en León, donde se esta construyendo la casa familiar y su cuenta corriente tiene una liquidez de 34.950 euros. También hemos sabido que Rubalcaba declara un patrimonio de un millón de euros, un piso y una plaza de aparcamiento mientras Rajoy tiene cuatro pisos y 600.000 euros de patrimonio.
Visto así, y aunque evidentemente son unos privilegiados porque cobran mensual y puntualmente su salario -cuando hay casi cinco millones de parados- no tiene hipotecas que les asfixien, ni deudas que les quiten el sueño, se podría concluir que ninguno de los tres se ha hecho rico, lo que se dice rico, en la cosa publica. Siempre he sostenido y sigo haciéndolo -a pesar de que no es una opinión muy popular- que debemos tener políticos muy preparados, pero también bien pagados y que antes de entrar en la cosa pública debería ser obligatorio que tuvieran una experiencia laboral fuera de la política, es decir oficio y beneficio para que no le debieran la vida al partido en el que militan.
Desconfío de esos políticos que han hecho toda su carrera profesional al amparo de una siglas y ¡claro! matan por mantenerse en el machito porque fuera no tienen como sobrevivir. Eso conlleva un grado de servilismo tal al aparato del partido y al líder de turno, que contamina su actuación porque si separan de la disciplina son excluidos de las listas y se quedan a dos velas. El servilismo es el alto precio que pagan por seguir ahí.
Lo que me repugna es que la política sea para algunos un filón de corrupción ,una oportunidad de oro que algunos aprovechados han utilizado para forrarse, a costa de todos nosotros. Son esos sinvergüenzas, mangantes y ladrones los que han convertido a la cosa publica en algo oscuro y han manchado, con sus actos, a una clase, que con el transcurrir de la democracia se ha ido convirtiendo en una casta, donde lo de menos son las ideas.
Claro que en su pecado han tenido la penitencia de que los ciudadanos les den la espalda.
La política, aunque tiene muchas ventajas y privilegios, no da para hacerse rico y los políticos que dedicándose solo a eso lo son, es lógico que levanten sospechas. No es el caso de Manuel Fraga, que lleva toda su vida en coche oficial, ha tenido altísimos cargos de responsabilidad en el franquismo y en la democracia y ha declarado que tiene un millón de euros.
De todos es conocido que ha sido siempre un político austero, siempre ha vivido en la misma casa y veraneado en el mismo lugar. Ha trabajado 16 años mas de la edad legal de jubilación y siempre ha tenido a gala hacer precisamente de esa austeridad una forma de vida, La otra cara de la moneda son los cientos y cientos de imputados en caso de corrupción: altos cargos, alcaldes, consejeros, presidentes autonómicos etc, representantes de todas las siglas políticas, que nos han abochornado a todos con su conducta y excesos.
Supongo que a cuanto de la publicación de bienes y rentas de sus señorías vamos a tener materia que comentar durante varios días y haremos bien en mirarlas con lupa, pero si un político es honrado y honesto cumple con su obligación y su actuación es ejemplar y ejemplarizante debe tener un salario digno. Nunca he entendido que los presidentes de gobierno de mi país cobren menos que cualquier cargo de medio pelo de una empresa privada ni tampoco que su salario sea inferior al de muchos asesores, barones territoriales o alcaldes. Al Cesar lo que es del Cesar.