Rocío Irueste: “Es muy complicado imaginarme mi vida sin el voleibol”

19/04/2022 - 11:10 Alberto Moreno Pérez

Acaba de poner el punto final a una nueva temporada. Después del derbi ante el Salesianos, Rocío Irueste (Guadalajara, 31/05/1982), cumplía una nueva etapa en su equipo, el Universitario Guadalajara. Eso fue hace apenas una semana, pero si echamos la vista atrás y recordamos al equipo alcarreño de hace una década, ahí vemos también a Rocío, y en el de hace 20 años y en el de hace 30... Rocío Irueste es voleibol.

“Es complicado imaginarme mi vida sin este deporte”, dice, pero también es muy complicado imaginarse el voleibol alcarreño sin Rocío Irueste. Nuestra protagonista ha estado desde muy pequeña ligada al mundo del deporte. Comenzó en el tatami de la escuela de judo Inokuma con el mítico Carlos García Pasán, con solo cinco años, también practicó el fútbol sala en el histórico Deportes Olimpíada y balonmano y voleibol, mucho, mucho voleibol. “Una de las cosas que me falta por tocar es el pádel y lo tengo pendiente. Creo que tras mi retirada del vóley va a ser el siguiente deporte que voy a probar”, dice entre risas. Su aventura en el mundo del voleibol comenzó en su colegio, el Rufino Blanco. “Teníamos dos profesores, don Benito y don Heliodoro que les gustaba mucho el vóley e hicimos un grupo muy majo de jugadoras, íbamos a la misma clase y año tras año continuábamos hasta juveniles. Yo seguí más tiempo”. Recuerda así el inicio de una relación que dura ya más de tres décadas.

“En el Rufino vivimos una época muy bonita. Fuimos incluso al Campeonato de España en Palma de Mallorca. Éramos cadetes y nuestra intención era vivir la experiencia contra equipos como el FC Barcelona con jugadoras muy altas y muy fuertes, pero al final llegamos a quedar quintas. Toda una proeza”, destaca y continúa relatando cómo fue su progresión en este deporte: “Teníamos la duda de qué íbamos a hacer al salir del cole, pero ahí Jesús Fuentes (por entonces gerente de la clínica Sanz Vázquez), tenía equipo de fútbol sala y al ver la cantera que había en el Rufino apostó por nosotras y preparó uno de vóley femenino, nos llamábamos Asisa/Fuencisla. Luego nos vio Chuchi Corrales, en el Universitario Guadalajara y nos llevó para su club”. Era ya la categoría juvenil y ahí empezó a ver cómo se iba dando forma a su gran sueño.

“Jamás me imaginé que esto sería una forma de vida. Todos soñamos alguna vez con ser como Rafa Pascual y nosotras fuimos ganando y ascendiendo y sobre todo pasamos unos años geniales. En esa época no había crisis, había patrocinadores y todo funcionaba a la perfección. Llegó una etapa fantástica, con gente que se interesaba por ti, con otros clubes llamando a tu puerta… pensabas incluso que igual podías meter la cabeza en este deporte y hasta vivir de ello en algún momento. Gracias a los que apostaron por nosotras y el trabajo de Chuchi Corrales, nos hicimos notar en la ciudad”.

Era la época dorada del voleibol femenino en Guadalajara que estuvo marcada, para Rocío Irueste por una fase de ascenso en Mallorca con Benjamín Vicedo como entrenador y con Reyal como principal patrocinador. “Fue una locura, logramos ascender a lo que hoy es Superliga 2 y fue una temporada increíble. En los partidos, estaban las gradas llenas en el San José, por la ciudad te paraban y te pedían autógrafos...”, recuerda con cierta nostalgia. En ese recorrido por su carrera deportiva, Rocío Irueste también ha pasado por momentos delicados. “Lo más decepcionante de todo esto fue cuando ascendimos a Superliga hace cinco años. Todo el mundo lo pintó muy bonito, todo el mundo nos iba a apoyar y todo el mundo nos iba a patrocinar, pero cuando llegó el momento todo quedó en nada. Teníamos incluso jugadoras ya fichadas, pero el castillo se derrumbó”, explica y añade que “no sé por qué pasó aquello y tampoco me preocupé mucho por conocer los motivos porque lo que quería era seguir disfrutando el vóley y sabía que si me quemaba lo dejaba y quería continuar. A raíz de allí el vóley no ha levantado cabeza en Guadalajara”.

Ese frustrado ascenso tocó de lleno la moral de Rocío, pero no pudo con ella. “He tenido muchos motivos para dejarlo, pero no lo he hecho”, dice y saca a relucir la lesión de hombro que sufrió con 23 años, que le provocó dos hernias discales. “En lugar de quejarme me hice zurda y luego me reciclé a líbero”, comenta. Ni siquiera pudo con su pasión por el vóley el nacimiento de su hijo Eric. “Estuve compitiendo los primeros meses de embarazo, estaba en Torrejón, pero llegó un momento en el que no podía continuar. Después, gracias a la familia y a los abuelos que tenían que ser eternos, lo pude compaginar”. Rocío se ha referido al Torrejón.

Y es que la alcarreña también ha probado fortuna en equipos de fuera de Guadalajara como el Alcalá en la Liga FEV, el Torrejón (dos temporadas en Superliga 2) e incluso en Puertollano, pero siempre ha regresado a su tierra, a su Universitario donde ha compartido experiencias con algunos de los nombres míticos de este deporte, como Chuchi Corrales –“es como mi segundo padre. Siempre ha apostado por mí”, descubre–, Marcos Iglesias, Paula Mera, Benjamín Vicedo, Manuel Berdegué o Danilo su actual técnico. “Son grandes entrenadores y me han ayudado mucho”, relata y añade que “también he coincidido con un sinfín de compañeras, pero tengo que destacar a Paty (Hernández). Desde pequeñas hemos jugado a fútbol sala, también al balonmano como contrarias y siempre en el equipo de vóley. Hemos estado juntas muchos años y aunque ella ahora no está en activo, su idea es retomar el equipo”.

Y en ese retorno seguro que se reencontrará con la eterna Rocío Irueste. “Los años van pesando y sobre todo, las responsabilidades. Llevo cinco años diciendo que me retiro y le digo a Chuchi que borre mi teléfono, pero cuando termina cada temporada quiero otra”, descubre nuestra protagonista y finaliza con un deseo: “Igual sigo uno o dos años más. Esto me gusta mucho”. Y es que no sabemos si el voleibol de Guadalajara se podría acostumbrar a vivir sin Roci.

EN CORTO

Díganos el nombre de un referente en su deporte.
Me ha encantado siempre Yoshie Takeshita, una jugadora china que no iba a ser seleccionada por la altura y con 1.59 ha estado en la selección y ha sido de las mejores colocadoras que he visto nunca.

¿Cree que existe desigualdad de género en el deporte?
Creo que sí. Solo hay que verlo en el fútbol. Me gustaría saber cuánto es lo máximo que cobra una jugadora de equipos como el Real Madrid o el Barça y compararlo con el que menos cobra de esos equipos masculinos. Eso no se ha igualado. Eso ocurre y no solo en fútbol.

Si hiciésemos un ránking de deportistas históricos de Guadalajara, ¿quién tendría que estar en los primeros lugares, según Rocío Irueste?
Fuera del vóley conozco a muy poca gente del deporte, pero en mi mundo, Paty (Hernández) me parece una persona que ha tocado todos los palos y ha destacado en todos los deportes. No ha llegado a un alto nivel como ha podido pasar con otras personas de Guadalajara, pero para mí tiene que estar ahí, entre los mejores. También me encanta el trabajo que está haciendo la atleta Ana Lozano.