Rubalcaba

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

El comentario
Julia Navarro / Periodista
Una lección que no aprenden jamás los políticos es que un día están en lo más alto y al siguiente se vuelven casi invisibles. Digo que no terminan de aprender porque todos cuando llegan a la cúspide sufren, con mayor o menor intensidad, del mal de altura. Hago está reflexión después de una lectura minuciosa de los periódicos de los últimos días en que parece que se da por amortizado a Rodríguez Zapatero y se apuesta por otros nombres para sucederle.

Que el presidente está abrasado es evidente. No sólo lo dicen las encuestas, sino que en sus propias filas se murmura que el futuro no pasa por ZP. Otra cosa es quién se va a atrever a poner el cascabel al gato. Personalmente creo que si Zapatero no da el paso de no presentarse como candidato a presidente en las próximas elecciones, nadie se va a atrever a pedirle que haga mutis por el foro. Por eso, me parecen prematuras algunas especulaciones, por más, ya digo, que las encuestas demuestren un hastío profundo de los ciudadanos respecto a Zapatero. Lo peor es que ese hastio se ha producido en las filas de los vototantes socialistas. Y si es evidente que hay muchos votantes que no están por la labor de votar a Zapatero, pero que estarían dispuestos a volver a votar al PSOE si presenta otro candidato. Así las cosas, el hombre que aparece como mejor valorado para suceder a Rodríguez Zapatero es Alfredo Pérez Rubalcaba. El ministro del Interior es considerado como el político más solvente del PSOE actual, el único al que a nadie le cuesta ver como posible presidente. A mí no me extraña que Pérez Rubalcaba concite esa opinión mayoritaria. Rubalcaba es un profesional de la política, con todas las ventajas e incovenientes que eso comporta, pero sobre todo por las ventajas. Es un político consistente, con grandes cualidades de comunicación, capaz de remangarse para hablar y consensuar con la oposición, maestro de los silencios, aparentemente campechano y cercano, y un buen jugador en el corto y medio plazo.

Los ciudadanos ven en Rubalcaba una solidez de la que creen que Zapatero adolece, y en estos momentos la sociedad lo que ansia es un político que sepa gobernar no a golpe de ocurrencias, sino precisamente sin sobresaltar al personal. Rubalcaba aparece estupendamente valorado en las encuestas y se ha convertido, le guste a él más o menos, en presidenciable. Rubalcaba dicen que carece de ambición de número uno, yo, sinceramente, creo que alguien que siente una pasión tan grande por la política, como la que es evidente que siente él, nunca puede dejar de acariciar la idea de convertirse en vértice.

De manera que si un día Zapatero decidiera dar un paso atrás, y consciente de que en estos momentos él representa un problema más que una solución, ahí está Pérez Rubalcaba como alternativa. Será interesante ir observando qué sucede con todos estos protagonistas. Si las encuestascontinúann insistiendo en que los electores no quieren a Zapatero como presidente, si éste decide repetir como candidato, si Rubalcaba no comete ningún error, etc, etc, etc. Y es que aún faltan dos años,y en política cada segundo puede ser una eternidad.