Rubalcaba ¿Ignífugo?
16/12/2010 - 00:00
El fuego achicharra. Es un problema de temperatura y tiempo, las dos variantes que llegan a hacer insoportable el calor. Hay materiales ignífugos, que resisten más el fuego y que se emplean para proteger a personas u objetos a altas temperaturas y a la acción directa del fuego. Pero cómo toda regla física, tiene su límite.
Alfredo Pérez Rubalcaba tampoco es incombustible. Aguanta bien el paso del tiempo en la política, que es el equivalente al fuego en los materiales y en las personas, porque el ejercicio del poder termina también por chamuscar.
Ahora se ha colocado en primera línea de fuego al grito de "proteger al rey" con el que los caballeros galopaban a cubrir con sus propios cuerpos una exposición excesiva del monarca en la batalla.
¿Se puede ser parapeto y sucesor? Es una pregunta que no tiene respuesta y que empieza a inquietar en el epicentro de los poderes socialistas. Algunos barones inquietos, como el presidente de Castilla La Mancha, José María Barreda, hablan de elecciones primarias en caso de que José Luis Rodríguez Zapatero decida declinar la posibilidad de un tercer mandato. Apuntan a la inconveniencia de que el sucesor sea ungido directamente sin participación de los órganos del partido, posibilidad que no es descartable desde la idiosincrasia de Zapatero. Otros barones susurran la necesidad de un congreso extraordinario para decidir una sucesión global a la secretaría general y a la candidatura a la presidencia del Gobierno. Casi nadie calibra que Zapatero esté en condiciones de liderar ya ningún proyecto.
Lo cierto es que Alfredo Pérez Rubalcaba está expuesto al fuego enemigo en muchos frentes, y aunque la discusión de la prórroga del estado de alarma corra de la mano de Ramón Jáuregui, en muchos asuntos la experiencia y la capacidad dialéctica de Rubalcaba aparece cómo insustituible.
Un político ignífugo, sin duda, pero con los límites que marca la ciencia política en los que la exposición indefinida al fuego termina por convertir en chicharrón al más resistente y hábil de los príncipes de las tinieblas. ¿Será Rubalcaba una excepción, será el Mefisto del siglo XXI?
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