Rubalcaba lo tiene claro

12/02/2011 - 00:00 Victoria Lafora

No se van a agotar los plazos para presentar, ante la sala sesenta y uno del Supremo, las pruebas contundentes que demuestran que Sortu y la ilegalizada Batasuna son lo mismo. El ministro del Interior lo dejó muy claro tras el Consejo de Ministros. Otra cosa es que el Partido Popular quiera aprovechar el filón del rechazo popular que despiertan las ambiguas declaraciones de los promotores de la nueva formación para rascar votos. O que haya encontrado un nuevo motivo para hacer cundir, otra vez, la idea de que existe una negociación secreta con los terroristas, cuyo precio sería la legalización de Sortu. Convendría, llegado este punto, preguntarse que beneficio, electoral por supuesto, podría obtener el Gobierno y el Partido Socialista de semejante torpeza. ETA está en desbandada, acosada e infiltrada por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. La unidad entre los demócratas, especialmente la del PSOE y el PP, en como enfocar la lucha antiterrorista ha dado los mejores resultados posibles. ¿Qué sentido tiene ceder ahora al chantaje de unos delincuentes acorralados y, más aun, cuando el problema de ETA ya no es una de las principales preocupaciones de los españoles? Sería un error garrafal. Tan grave como lo fue empeñarse en seguir creyendo sus buenas intenciones durante el fallido proceso de paz, cuando la policía advertía que estaban robando pistolas y explosivos en Francia. El brutal atentado de la T-4 sirvió de cura a cualquier ingenuidad posterior. El partido Popular, y lo reconocen algunos dirigentes en privado, está siendo puntualmente informado por el Ministerio del Interior del propósito de presentar ante el Supremo toda la documentación que acredita los lazos indisolubles entre Batasuna y Portu. Lazos que los propios promotores, entre ellos Rufi Etxeberria, no se han preocupado de ocultar. Es más, ha dicho "somos los mismos con nuestros defectos y nuestras virtudes". Será el Tribunal Supremo, con todos estos datos en la mano, el encargado de dilucidar si bastan unos simples estatutos, copiados de cualquier otro partido democrático, para dar carta de legalidad a la nueva formación, pese a la imposibilidad metafísica de sus promotores de llamar asesinatos a los cometidos por ETA, condenar lo ocurrido hasta ahora, o pedir perdón a las víctimas. El llamamiento de Zapatero para que se respete la decisión del alto Tribunal puede haber sido demasiado conciliador para la bronca que hay montada. Sin duda le ha faltado la contundencia con que el vicepresidente Rubalcaba ha dejado muy claro que hacen falta más que unos papeles para volver a las urnas como candidatos. Parece que Sortu lo va a tener muy difícil.