Sacar la reivindicación a la calle

07/11/2010 - 00:00 Redaccion

Después de varios meses sin cobrar y sin información sobre el proceso de venta de la compañía, el Comité de Empresa de Progalsa iniciaba en el pasado mes de septiembre un calendario de movilizaciones para lograr una solución a su situación. A concentraciones ante la fábrica le ha seguido un paro indefinido, y a las manifestaciones por las calles de la ciudad, una acampada en el corazón de Guadalajara, en el parque de la Concordia. No es por gusto, ni por molestar. Los trabajadores de esta empresa se están viendo abocados a tomar medidas drásticas ante la situación crítica por la que empiezan a pasar muchas de las familias afectadas por los impagos. La empresa, dedicada a la fabricación de farolas, lleva unos 30 años en el polígono de El Henares, y hasta ahora daba empleo a 105 trabajadores. La mayoría de ellos estaban ya inmersos en un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de carácter temporal, que desde 2008 afectaba a la sección de galvanizado y a la de fabricación de farolas. Pero en el último mes la situación se ha ido deteriorando, a la par que las reivindicaciones de los trabajadores subían de tono. Los atrasos de la empresa llegan a los seis meses. Sin cobrar el sueldo y sin percibir la ayuda por desempleo, la supervivencia de algunas familias se encuentra en la cuerda floja. Para hacer partícipes de su problema, nada mejor que salir a la calle, o mejor dicho, instalarse en ella. Bajo el resguardo de ocho tiendas de campaña viven este fin de semana junto al templete del parque capitalino donde han colocado la pancarta con su lema Progalsa en lucha por el cobro de los salarios y en defensa del empleo. Lamentablemente esta imagen nos recuerda demasiado a otras que ya hemos vivido en España, como la de los afectados por la quiebra de Sintel y su Campamento de la Esperanza o, incluso, a la que pasaron otras familias de Guadalajara hace a penas dos años con la crisis de Avicu. El mercado laboral se endurece y la recesión económica no da tregua. Ahora, la imagen de los trabajadores de Progalsa remueve nuestras conciencias.