Sale barato amenazar
01/10/2010 - 09:45
Por: Redacción
Cartas al director
AURORA ALCÓN, Cabanillas del Campo
Una vez más escribo desde la más absoluta impotencia. Una vez más me han insultado y amenazado, y seguramente, una vez más, no pasará nada. Tengo la suerte de tener frente a mi casa, en Cabanillas del Campo, un negocio de fontanería por el que supuestamente velan unos cuantos perros (depende de la época del año y de lo numeroso del parto).
Perros enjaulados día y noche, meses y años, llenos de mierda casi a diario y ladrando cuando les apetece, claro.
Varias veces he pedido a los dueños que los hagan callar, que se los lleven a su casa. He escrito al Ayuntamiento, he hablado con el Alcalde y los Concejales, he llamado a la Policía Municipal. Existe una Ordenanza a este respecto, pero los perros continúan ahí.
He soportado mentiras, juicios e insultos, risitas burlonas y amenazas, las últimas ayer por la tarde, cuando llegaba a mi casa. Otra vez ven aquí que te parto la cara, sal aquí si tienes güevos, cuando menos te lo esperes te vas a enterar
La última vez les impusieron una multa de 150 euros, así que ¿Por qué no volver a amenazarme? ¿Quién se lo impide? y sobre todo ¿Quién me ayuda a mí?
Resulta demasiado barato amenazar. Lo triste es que seguramente algún día cumplirán sus promesas, y entonces nos llevaremos las manos a la cabeza y nos preguntaremos por qué nadie hizo nada. Lo vemos cada día en televisión, en los diarios. Ya ni siquiera asombra, es el pan nuestro de cada día.
No sé muy bien qué está pasando en esta sociedad española donde no hay normas, no se puede decir nada a nadie sin que se ponga hecho un basilisco y nadie conoce a nadie. No entiendo el miedo de las autoridades (representantes nuestros, por cierto) a hacer cumplir las leyes, a ayudar al débil, a poner los medios cuando todavía hay tiempo
Quería dejar hoy constancia escrita de lo que me ocurre, por si mañana no puedo.
Varias veces he pedido a los dueños que los hagan callar, que se los lleven a su casa. He escrito al Ayuntamiento, he hablado con el Alcalde y los Concejales, he llamado a la Policía Municipal. Existe una Ordenanza a este respecto, pero los perros continúan ahí.
He soportado mentiras, juicios e insultos, risitas burlonas y amenazas, las últimas ayer por la tarde, cuando llegaba a mi casa. Otra vez ven aquí que te parto la cara, sal aquí si tienes güevos, cuando menos te lo esperes te vas a enterar
La última vez les impusieron una multa de 150 euros, así que ¿Por qué no volver a amenazarme? ¿Quién se lo impide? y sobre todo ¿Quién me ayuda a mí?
Resulta demasiado barato amenazar. Lo triste es que seguramente algún día cumplirán sus promesas, y entonces nos llevaremos las manos a la cabeza y nos preguntaremos por qué nadie hizo nada. Lo vemos cada día en televisión, en los diarios. Ya ni siquiera asombra, es el pan nuestro de cada día.
No sé muy bien qué está pasando en esta sociedad española donde no hay normas, no se puede decir nada a nadie sin que se ponga hecho un basilisco y nadie conoce a nadie. No entiendo el miedo de las autoridades (representantes nuestros, por cierto) a hacer cumplir las leyes, a ayudar al débil, a poner los medios cuando todavía hay tiempo
Quería dejar hoy constancia escrita de lo que me ocurre, por si mañana no puedo.