Salvad a Grecia
12/09/2011 - 00:00
¿Cómo quiebra un país? ¿Cómo se cierra una mañana cualquiera nada menos que toda una nación por suspensión de pagos? A Grecia parece que no le queda nada por hacer y que lo que ha hecho, no ha servido para mucho. Quisieron poner un impuesto para todos los que tuvieran una piscina en su casa y cuentan que, oficialmente, reconocieron que tenían piscina seis ciudadanos seis en toda Grecia. El caso es que han reconocido que les queda dinero hasta octubre y que a partir de ese mes, ni pensiones, ni salarios ni nada más el recuerdo en forma de columnas de lo que un día fueron y ya no son. La cuna de la democracia echa el cierre y si los bárbaros del norte no corren en su ayuda, tendrá que salirse del euro, salirse de Europa, quedarse
¿dónde? Porque esa es la pregunta para la que no tengo respuesta.
Argentina estuvo a punto cuando entonces, cuando lo del corralito y los cuervos volaban sobre la vacas y los gauchos recitaban de memoria a Martín Fierro mientras los capitostes del peronismo -esa cosa anacrónica que vive enquistada y parásita en la hermosa Argentina- bailaba tangos y ponía -en falso- un punto final a la infamia.
Pero Grecia, ¿qué hacemos con Grecia? ¿Dónde va un país que de pronto no forma parte de nada, un país al que le echan del club por moroso y lo dejan desahuciado, pobre, sin futuro en medio de un continente pero como flotando, sin moneda, sin reservas, tan sólo con sus ruinas que son nuestro pasado? Y si Grecia se nos escapa de las manos, qué va a ser de todos nosotros, por dónde seguirá la inevitable caída de este ignominioso dominó de intereses creados en el que hemos convertido el sueño europeo.
Pero lo atroz de esta situación es que no parece tener salida.
Porque la solución es inyectar más millones con urgencia ¿para qué exactamente? ¿para posponer de octubre a diciembre la insolvencia? Y en diciembre ¿qué hacemos? Habría que aprovechar la crisis para replantearse Europa porque así no vamos a ninguna parte y en el peor de los casos, si seguimos parcheando este globo que cada vez se hace más grande y mas tóxico, terminará explotando y entonces se salvarán muy pocos y el estado del bienestar será como el Partenón, una ruina del esplendor al que un día llegamos y no supimos gestionar. Salvad a Grecia ahora, por los dioses del Olimpo, por Homero y Platón y Aristóteles, por tantos que tanto nos legaron, salvad antes que nada a Grecia y luego nos sentamos dispuestos a renunciar a muchas cosas con tal de que no se nos vaya al traste una forma justa de entender la vida.
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