Salvar la Sierra Norte

25/03/2016 - 23:00 Luis Monje Ciruelo

Salvar la Sierra Norte y la comarca de Molina de su despoblación total es el propósito de la Junta de Comunidades mediante la figura Inversión Territorial Integrada (ITI) que le permitirá adjudicarles fondos europeos con preferencia. Estas zonas que suman entre municipios y pedanías unos ciento ochenta pueblos, apenas llegan a dos habitantes por kilómetro cuadrado, lo que supone una despoblación casi parigual a la de las parameras siberianas, aunque el clima es menos duro y con mejores comunicaciones. Precisamente porque las condiciones de éstas son mejores, su abandono administrativo sería intolerable teniendo en cuenta que están en el centro de España, y, la Sierra Norte, a una hora en coche de los varios millones de habitantes de Madrid. Son, además, las zonas de mayores atractivos turísticos naturales en la provincia, en las que abundan las casas rurales y proliferan los restaurantes. El presupuesto para esas ayudas, que puede llegar a varios cientos de millones de euros, al decir del presidente regional, es lo que están necesitando ambas comarcas para salir de la atonía y marasmo que padecen.
Este plan de inversiones, que viene a dar consistencia a la teoría de declaración de Parques Naturales que ambas zonas disfrutan, sería deseable que suscitara una atracción de emprendedores, cada uno con su proyecto de negocio debajo del brazo, como lo fue de buscadores de oro con su hallazgo en el Oeste americano, pero en este caso con menores desplazamientos y sin reservas de indios enfrentadas a los hombres blancos. El Parque del Alto Tajo en Molina y en la Sierra Norte los varios “dosmiles” agrupados en los límites con Madrid y Segovia, ofrecen enormes posibilidades de desarrollo con una planificación inteligente de sus bellezas naturales y de su riqueza forestal y hasta quizá minera. No olvidemos que en la Sierra Norte, significativamente también llamada Sierra Pobre, está detectada la existencia de oro, incluso una mina explotada por los romanos en término de La Nava de Jadraque, y en esa zona solventes investigaciones confirman que hay todavía en Hiendelaencina ricos filones de mineral argentífero sin explotar. El caso de esta localidad serrana, que utilizó durante siglos una roca blanquecina de sus afueras para montar en las caballerías, roca que resultó ser la punta de un filón de plata que dio origen a la mina más rica del mundo, puede servir de estímulo para terminar de beneficiar su riqueza minera que, según fiables cálculos, no ha sido explotada ni la mitad.