Santiago Martínez Fornés

04/11/2016 - 18:02 Pedro Villaverde Martínez

Nuestro compañero en estas páginas de Nueva Alcarria Santiago Martínez Fornés nos ha dejado.

El martes nos llegó de sopetón una muy triste noticia. Un amigo había fallecido. Hoy creemos que tenemos que escribir unas líneas sobre la casi fraternal amistad hacia él y su familia. Nuestro compañero en estas páginas de Nueva Alcarria Santiago Martínez Fornés nos ha dejado. Una común amiga era la portadora de la triste noticia. Nuestra amistad era grande, repetimos, aunque no fueran lo frecuentes que hubiéramos querido nuestras charlas. Nos parece que pocos que lean Nueva Alcarria no habrán leído “Fornerías”. Frases de mucho ingenio  que escondían unos significados muy especiales y que a nosotros nos recordaban las famosas “greguerías”. Era el doctor y académico Santiago una persona cultísima y de muy amable talento y talante. No sabemos cómo definirle porque sobrepasa toda ponderación. Su amistad eran tan grande como importante y nosotros y mi familia tuvimos la suerte de conocernos y tratarnos. La emoción casi no nos deja escribir  cuanto conocemos y sabemos de su altísima calidad humana y de su profundo conocimiento. Por eso tan sólo nos limitaremos a dejar constancia en esta columna de la admiración que sentíamos por él. Su mujer Elena y sus hijas, una de ellas, periodista importante en el diario ABC, también fueron siempre especiales para nosotros y desde estas líneas queremos trasladarles nuestra mayor  condolencia. Santiago era un endocrino de fama ...y se dedicaba a curar y también a escribir y dar conferencias. Fue discípulo de Marañón y se prodigaba en charlas y reuniones de altura. No queremos dejar la ocasión de transmitir y reiterar a su familia la admiración que siempre hemos tenido hacia él y el buen trato que nos dispensaba siempre. Sabemos que él se sentía muy orgulloso de escribir sus “ fornerías” que publicábamos  con regularidad y que sabíamos eran del agrado de todos. Era un gran sabio y gran conocedor de la humanidad. Su talento no sabríamos valorarlo pero sí su gran sentido del humor y la gran imaginación y agudeza que demostraba tanto al escribir como al hablar. Fue Popular de nuestro periódico y nos deleitó con la conferencia que nos dio aquel día. Queremos desde estas líneas rendirle homenaje y emocionado recuerdo desde el gran cariño reciproco que nos teníamos.