Sé valiente, la misión te espera

22/10/2017 - 12:18 Juan José Plaza Domínguez

¿Merece la pena tanto arrojo, tanta entrega, tanto sufrimiento, tanta persecución y martirio  por  mantener la fe cristiana y propagarla a los demás...?

 

Como todos los años los cristianos estamos vivido de manera especial el espíritu misionero en el mes de Octubre, cuyo colofón va a ser la celebración del domingo mundial de la propagación de la Fe, que en España se conoce con el nombre del día del Domund.         
   El  papa nos recuerda en su mensaje para esta Jornada misionera que  “la Iglesia es misionera por naturaleza. Si no fuera así no sería la Iglesia de Cristo”. Al mismo tiempo, en el mensaje se hace unas preguntas: “¿Cuál es el fundamento de la Misión? ¿Cuál es el corazón de la Misión? ¿Cuáles son las actitudes vitales de la Misión?
   En este breve artículo no podemos abordar la  respuesta  a todas esas preguntas. Nos ceñiremos a la última, de la cual ha sido extraído el lema del Domund 2017: ¡” Se valiente, la misión te espera”! Efectivamente, una actitud vital que exige y caracteriza la Misión y a los Misioneros es la  valentía.
    Si nos asomamos a Wikipedia, nos dice que: “La valentía es una virtud humana que se puede definir como la fuerza  de la voluntad que posee una persona para llevar adelante una acción o misión, a pesar de los impedimentos que pueda encontrar en el camino”
   Echando una mirada atrás, para observar la historia del cristianismo, tenemos que concluir necesariamente que es una historia de valientes. Así es: desde su iniciador, nuestro Señor Jesucristo, siguiendo por los apóstoles y continuando por la comunidad cristiana, hasta  nuestros días, comprobamos que,  ante la persecución y martirio que no ha cesado, los cristianos han tenido que derrochar valentía  para mantener y dar testimonio de  su fe en Cristo en este mundo. Valentía que no es puro voluntarismo, como apuntaba Wikipedia, sino un don de la gracia, un don del Espíritu Santo, según subraya el Señor a sus apóstoles,  antes de su Ascensión:” Recibiréis el poder (la valentía)   del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y hasta los extremos de la tierra” (Hechos 1,8).
  Y, si alguien ha mostrado esa valentía para cumplir la misión que Cristo nos ha dado a todos los cristianos:” De ir al mundo entero a predicar el evangelio a todos los hombres” (Mac. 16,15), éstos han sido los misioneros”. Y como para muestra vale un botón, recordemos la crisis del ébola de hace unos años.
  ¿Y tanta valentía para qué? ¿Merece la pena tanto arrojo, tanta entrega, tanto sufrimiento, tanta persecución y martirio  por  mantener la fe cristiana y propagarla a los demás, cuando hoy muchos defienden que todas las religiones son iguales y que todas son igualmente camino de salvación?
  ¡Por supuesto que merece la pena!, porque es  llevar a todos los hombres la Buena Noticia de la Salvación, la buena Notica del Evangelio que contiene la respuesta a las preguntas transcendentales que se hacen los hombres de todos los tiempos, porque es llevarles el conocimiento de la “ Verdad Plena “, que da sentido y felicidad a la vida del hombre, que no es otra que  Cristo, Hijo de Dios, el único salvador para el hombre: “ Pues en ningún otro hay salvación, pues ningún otro nombres nos ha sido dado bajo el cielo entre los hombres por el cual podamos ser salvos” ( Hechos 4 ,12). El mismo nos lo ha revelado: “Yo soy Camino, la Verdad y la vida “( Jn. 14, 6)  “ Yo soy la luz del mundo el que me sigue no camina en las tinieblas, sino que tendrá  la luz de la vida” (Jn. 8,12).
  En nuestro mundo,   en el que vemos que cada día van avanzando más y más las tinieblas de la mentira, del pecado, de la injusticia, de la angustia vital…se siguen necesitando cristianos valientes, misioneros que orienten y guíen a sus contemporáneos por el verdadero camino de salvación.
  Con toda razón la Iglesia, con motivo de la Jornada mundial de la Propagación de la Fe día ( Domund ), nos invita a todos y especialmente a los jóvenes a reavivar nuestro espíritu misionero y nos dice: “Se valiente, la misión te espera”.