Sebastián, de la corbata al cafecito

31/12/2010 - 00:00 Carlos Carnicero

 
Es cierto que encontrar cosas incomprensibles en el Gobierno de Zapatero es mucho más fácil que el juego de los ocho errores. Pero hay cosas terriblemente misteriosas. Una de ellas es la presencia permanente de Miguel Sebastián en el entorno más cercano a Zapatero. Se estrenó en la oficina económica del presidente atizando unan OPA imposible de Sacyr contra el BBVA. Aquello bordeó el ridículo. Luego, para mejorar su propia marca, intentó que Endesa le regalara la empresa a Gas Natural. La aventura terminó cuando la empresa española acabó en manos del Gobierno italiano. El "campeón energético nacional" que pretendían Sebastián y Zapatero acabó jugando el Calcio italiano. Su unción como candidato a la alcaldía de Madrid terminó en la mayor bancarrota del PSOE en la capital de España, y el eterno independiente ni siquiera acudió a recoger su acta de diputado: nacido sólo para gobernar, imposible verle en la oposición. Después de unos pocos meses en la vida civil, fue recogido por Zapatero como ministro de Industria. Antes, durante la campaña electoral, marcó para la historia la única vez que un político español en televisión intentó sacar a relucir asuntos amorosos personales otro candidato: de vergüenza. Se le recordará por dos fotos y una frase: cuando acudió al Congreso sin corbata para ahorrar energía y cuando se disfrazó con la camiseta de la selección española para que su amigo Pedro J. Ramírez le sacará en portada del mundo haciendo el ridículo con una bombilla ahorradora. Ahora insulta a la inteligencia diciendo que la subida de la luz de un 9,8 por ciento significa lo mismo que el precio de un café. Y le echa la culpa al PP del déficit tarifario que durante seis años, él y José Luis Rodríguez Zapatero no han sido capaces de resolver. La tragedia griega de la política española y sobre todo del PSOE tiene en Miguel Sebastián y en quien lo protege su máximo exponente.